Agencia AP Quito, Ecuador
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, presentó el lunes a la Corte Constitucional un proyecto de reforma constitucional con el que pretende permitir la instalación de bases militares extranjeras en el territorio del país, bajo el argumento de que es necesario enfrentar al crimen transnacional.
La propuesta, que aún debe pasar un largo trámite que podría completarse cuando ya haya concluido el mandato de Noboa, plantea eliminar la prohibición expresa que contiene la Constitución ecuatoriana para que haya bases militares o instalaciones extranjeras en Ecuador.
Esa prohibición está recogida en la Carta Magna que fue aprobada por Asamblea Constituyente en 2008 con la llegada entonces al poder de Rafael Correa (2007-2017), de izquierda, quien alegaba defender la soberanía nacional. Eso forzó la salida de militares estadounidenses de una base en una ciudad costera donde se habían instalado por 10 años.
El proyecto de reforma constitucional de Noboa para revertir esa decisión también permitiría que se ocupe por personal extranjero instalaciones militares ecuatorianas ya existentes.
El mandatario justificó su propuesta, en un vídeo difundido el lunes horas antes de presentar el texto a la Corte Constitucional, en que “en un conflicto transnacional necesitamos respuestas nacional e internacional”.
Reprochó que “dejaron de rodillas” al país —en referencia a la decisión de gobiernos anteriores de retirar e impedir la bases militares extranjeras— y que convirtieron Ecuador “en cuna del narcotráfico”. Lo “repartieron a las mafias con una falsa noción de soberanía”, subrayó.
La nación sudamericana lleva al menos tres años con cifras al alza de asesinatos y con consecutivas declaratorias de excepción ante los episodios de violencia e inseguridad en las calles y en las cárceles.
Al anunciar su propuesta, Noboa emplazó a la Asamblea Nacional a “decidir de qué lado de la historia está”. Y recalcó que las decisiones anteriores “solo debilitaron a nuestro país ante las amenazas que hoy no conocen fronteras, no tienen piedad”.
El expresidente Rafael Correa reaccionó a través de X, antes Twitter, con un mensaje en el que descalificó a Noboa por su “total incapacidad y falta de moral” y le cuestionó por qué no planteó esta medida en la reciente consulta popular sobre seguridad de abril pasado.
territorio de paz
En un comunicado de la Secretaría de Presidencia se precisó que, en caso de ser aprobada la reforma constitucional, el artículo 5 de la Carta Magna quedaría únicamente con el siguiente texto: “Ecuador es un territorio de paz”. Ese artículo, vigente desde el año 2008, contiene ahora una mención adicional: “Ecuador es un territorio de paz. No se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares”.
La Corte Constitucional debe calificar la propuesta del ejecutivo, antes de que pase a manos de la Asamblea.
El constitucionalista André Benavides, en diálogo con The Associated Press, aclaró que la Corte verificará si la iniciativa de Noboa responde a los requisitos para ser tramitada y, en su caso, después será enviada a la Asamblea. Entonces, el Legislativo la someterá en dos sesiones del pleno a su aprobación o rechazo —hace falta una mayoría de al menos 92 de los 137 legisladores—, y finalmente, la reforma irá a un referendo para una ratificación final.
Ese trámite, indicó Benavides, puede demorar entre ocho y nueve meses si no hay inconvenientes. Aunque “por el momento político, por el clima que se vive en el país, es posible que reciba apoyo”.
El gobierno de Noboa termina su gestión en mayo del próximo año, lo que hace difícil que la reforma complete todo el trámite antes del fin de mandato. No obstante, el mandatario ha anunciado que se presentará a la reelección en las elecciones de febrero del 2025.
La retirada de militares estadounidenses de la base aérea de Manta en 2009 fue controvertida por voces críticas al gobierno de Correa que en los años posteriores —y especialmente ante el aumento de la violencia desde 2021— señalaron que eso facilitó la expansión del crimen organizado relacionado con el narcotráfico por esa zona costera y por el resto del país.
Desde esas instalaciones ecuatorianas, los militares de Estados Unidos realizaban controles aéreos de la región con el fin de neutralizar el narcotráfico, según habían argumentado entonces.