Las imágenes eran impactantes. Desde los cielos se veían cientos de cultivos bajo agua. Dos semanas después de advertir de grandes inundaciones en la zona agrícola en Constanza, La Vega, la predicción se volvió realidad.
Pocos días después de haberse iniciado la temporada ciclónica, se inundaron cientos de cultivos en esta zona, debido a las lluvias acumuladas entre el 5 y 6 de junio de este año.
En el caso de Juan Diego Gómez Quezada, un agricultor de Constanza, perdió casi todo su cultivo: desde brócoli y apio, y también las lluvias destruyeron sus sistemas de riego, mangueras y tuberías.
“¿Por qué no lo hicieron antes?, ¿por qué no fueron actuando de manera preventiva? Ahora quieren actuar después de que pasa la situación”, dijo Gómez Quezada, a lo que agregó que fue en varias ocasiones a la sede del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en esa región para canalizar donde había cúmulo de desechos, sin embargo, según explicó, no se lo permitieron.
“Me da impotencia que fui hace más de un año a la sede del Ministerio de Medio Ambiente de Constanza, a pedir un permiso para yo canalizar el río, que bordea mis fincas, yo pagando el equipo, solamente para que me den un permiso, y me lo negaron”, agregó Gómez Quezada.
Por el momento ha perdido por lo menos tres millones de pesos, sólo en las lluvias de inicios de junio.
Según reportes del Ministerio de Agricultura, las pérdidas en el sector agropecuario a causa de las inundaciones generadas por el huracán Fiona en 2022 superaron los 1,600 millones de pesos dominicanos. Mientras que las registradas en noviembre del 2023 generaron pérdidas a los medios de vida agropecuarios superior a los 470 millones de pesos dominicanos.
Daniel Valerio, especialista en cambio climático de la FAO, dijo a LISTÍN DIARIO que las recientes inundaciones han impactado directamente el sector agropecuario, evidenciando pérdidas de plantaciones y cosecha en cultivos agrícolas, pérdida de animales y su producción, así como reducción de los ingresos de productores y sus familias, debido a la pérdida de sus medios de vida.
“Los agricultores familiares son los más afectados, debido a su alto grado de vulnerabilidad y capacidad limitada para prepararse y responder de forma efectiva a estos eventos extremos”, advirtió Valerio.
Añadió que la falta de oxígeno en suelos inundados limita los procesos fisiológicos esenciales de los cultivos y, por ende, aumenta la cantidad de elementos perjudiciales para los mismos, provocando así pérdidas en poco tiempo.
Cuando estos eventos atmosféricos ocurren pueden afectar la disponibilidad de la producción, y eso puede tener efectos en los precios para el mercado interno, lo que impacta directamente a la población y por lo general a los más pobres, que destinan en una mayor proporción de sus ingresos a la compra de alimentos, manifestó Valerio.
“Por otro lado afecta los volúmenes y calidad de producción para un mercado de exportación, reduciendo los ingresos de esos productores, la balanza comercial del país y la generación de divisas. Asimismo, la incertidumbre climática puede dificultar la planificación a largo plazo de los productores/as y exportadores, lo que podría afectar la competitividad de la industria agrícola dominicana en los mercados internacionales”, dijo Valerio.
Según explicó, si esto ocurre de manera frecuente, podría provocar que los productores reduzcan sus cultivos u obtengan menos rendimientos y la seguridad alimentaria se vea afectada negativamente.
“La seguridad alimentaria depende tanto de la disponibilidad de alimentos en un país como del acceso económico de las personas para comprarlos. Los eventos climáticos extremos, como sequías, inundaciones y huracanes, pueden reducir la producción de alimentos debido a la pérdida de cosechas y medios de vida, así como a daños en la infraestructura agrícola”, señaló el experto de la FAO, a lo que agregó que como consecuencia podría generar escasez de alimentos en el mercado y aumentos en los precios de los productos, afectando el acceso a los alimentos para la población, especialmente para aquellos en situaciones de mayor vulnerabilidad.
En el mismo contexto, un estudio lanzado por World Vision de República Dominicana, enumera que el 79% de los líderes de hogares manifestaron una profunda necesidad de alimentos insatisfechas luego de una emergencia climática, especialmente en las zonas más vulnerables.
Un ejemplo de esto fue que, según World Vision RD y la organización sin fines de lucro Food For The Poor, para el huracán Fiona, que afectó la región este de República Dominicana en septiembre de 2022, el 80% de los líderes de hogares pidieron dinero prestado para comprar alimentos, “reflejando un largo período de recuperación de sus medios de vida posterior a la emergencia climática”.
Mientras que el 17% expresaron estar obligados a vender sus enseres y útiles personales para alimentarse correctamente.
República Dominicana es uno de los más vulnerables al cambio climático, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA), mejor conocida como FAO, por sus siglas en inglés.
“El perfil de riesgo del país nos hace vulnerables a múltiples amenazas, como las climáticas, geológicas, de salud, antrópicas, que confluyen con factores sociales, económicos y demográficos, exacerbando las condiciones de riesgo de millones de dominicanos”, explicó Isabel Hernández, coordinadora nacional de Asuntos Humanitarios y Emergencias de World Vision.
Valerio dijo que si el país no cambia el sistema alimentario será difícil reducir las emisiones o reducir las pérdidas y desperdicio de alimentos, o lograr la adaptación de la producción a los nuevos patrones climáticos.
“Pero eso necesita mayor inversión en tecnologías y mecanismos de financiamiento para que los productores puedan modernizar sus fincas. Aquí el rol de las entidades financieras es fundamental. Se necesita mecanismo de financiamiento adaptados al sector y a esta nueva agricultura resiliente. Por ejemplo, contar con seguros agrícolas flexibles, utilizar tecnologías avanzadas para evaluar riesgos y daños, y ofrecer subsidios para hacerlos más accesibles y atractivos para los agricultores”, admitió Valerio.