Ana Lee Florimón, quien fue recusada como jueza control de las investigaciones en contra de los implicados en el caso Calamar, denunció que está siendo sometida a una persecución y que es perseguida por un automóvil de color blanco desde que está conociendo el caso.
La magistrada, quien subió a audiencia como suplente del Segundo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, para dar a conocer un fallo reservado sobre una solicitud de prórroga, dijo que la persecución se extiende hasta un hijo que también se ha percatado de la presencia del vehículo.
La jueza se expresó en esos términos, previo a remitir el expediente del caso Calamar a la Corte de Apelación del Distrito Nacional, para que decida si ella puede dar a conocer el fallo que tenía reservado, para darlo dos días ante de la recusación o por el contrario deberá conocerse de nuevo por la nueva jueza designada Franchesca Pontentini.
“Siempre les recuerdo que pueden intervenir 10,000 traslados, pueden intervenir 10,000 campañas de descrédito moral, pueden establecer que esta juzgadora tiene relaciones interpersonales, pero la verdad siempre sale a la luz. Y el tiempo es el mejor maestro, eso he aprendido”, adujo la magistrada.
Manifestó que los jueces o juezas, usualmente son víctimas, porque una parte del proceso, para no hacer específicas, tienen siempre algo, “cuando la mujer es joven, se tiene que separar”.
Expresó que como no pueden atacarla por la parte profesional, se van a la parte personal, “se inventan cosas. “Siempre es bueno callar, callar, hacer silencio, y demostrarlo siempre, de que el proceso va a ser un poco sensible”.
“Pero no, pensamos que las funciones nos hacen inmortales o mortales, que nos hacen eternos y que todo es para siempre. Porque el poder a veces no es para todo el mundo. Y si el poder cae en manos de personas que acá están carentes, en peligro”, sostuvo la jueza al hacer la denuncia.