15 días han pasado desde aquel estruendo que movilizó a todo el país, siendo el epicentro del desastre San Cristóbal, donde se produjo una explosión y posterior incendio que arrebató la vida de más de 30 personas y dejó más de 50 heridos.
Desde esa tarde, todos los esfuerzos de las autoridades de acción rápida se concentraron en la calle Padre Ayala del centro de la ciudad, intentando sofocar el incendio, salvar la vida de quienes estaban allí e investigar cuáles fueron las causas que dieron inicio a la tragedia, de la que aún se desconocen motivos.
Además de las pérdidas humanas, unos 70 negocios resultaron afectados, de acuerdo a las informaciones oficiales, y unas 12 residencias también tuvieron daños, de los cuales hasta la fecha, algunos no han sido reparados.
Algunos negocios de la calle donde ocurrió el incendio, aún se muestran en evidencia de los daños recibidos, con cristales rotos, espacios vacíos en la infraestructura o algunos escombros, que aún no han sido removidos.
Tal es el caso de “The Beauty Room”, a una esquina del siniestro, donde el espacio vacío donde se suponía había un cristal, devela los daños.
“Vinieron varias veces a ver, pero no han vuelto, mañana se va a poner, pero no son ellos (las autoridades)”, sostuvo Keidy Lachapelle, quien se desempeña como recepcionista.
En la tienda de telas “La Moderna”, justo al lado del epicentro del desastre, no fue sino hasta el sábado que Soraya Musa, la administradora, pudo retornar al local desde el 14 de agosto, para limpiar y evaluar los daños que recibió la infraestructura que alberga el negocio desde hace unos 65 años.
Todas las puertas y ventanas de cristal del lugar quedaron totalmente destrozadas y las puertas de metal también resultaron afectadas, por lo que tendrán que ser removidas.
De acuerdo a Musa, incurrirá por sus propios medios en los gastos del arreglo de los cristales, ya que desea salvaguardar los bienes que tiene en su negocio y volver a su vida comercial.
“Aquí están midiendo los cristales, pero quien va a pagar todo eso soy yo, porque yo necesito arreglar mi negocio”, sostuvo.
Sobre los saqueos que otros dueños de negocios y padres de familia denunciaron, la dama manifestó que no fue su caso, ya que las autoridades cerraron la puerta y atribuye a la alta presencia militar no haber sido víctima de algún robo.
En el caso de “Electro Fácil el Mello”, tras varios días de espera, luego de que realizaran el levantamiento de todos los daños que recibió el negocio de venta de ajuares del hogar, fueron notificados que no calificaban para los arreglos, de acuerdo a Samuel Santana.
El caballero calificó a las autoridades como “charlatanes” y sostuvo que por el costo de los cristales que resultaron afectados producto de la explosión, fue que estos reusaron de cubrirlos.
“Según lo que tengo entendido, ellos solo estaban haciendo los que son monto bajito y los que son grandes edificaciones como esta no, no aplicamos por el presupuesto”, dijo el señor, al tiempo de informar que quizás los dueños sean retribuidos con un 20% de los gastos.
Además de los cristales que bordea el negocio, tres bebederos, un juego de habitación y dos muebles, se contabilizan entre los daños de este negocio.
RESIDENTES
Algunos de los residentes de la zona también se encuentran en la misma ola de inconformidad y quejas, ya que a pesar de los días aún están a la espera de las ayudas prometidas.
Andrés, uno de los residentes, denunció que en este lapso de tiempo la única ayuda que han recibido de parte de las autoridades provinciales han sido dos fundas de comidas y más nada, agregando que los RD$ 20,000 prometidos, que iniciarían a entregarse el lunes de la semana pasada, no han sido entregados.