ENTRETENIMIENTOS

Zoé Saldaña y María Montez: dos dominicanas de oro en Hollywood

Zoé Saldaña y María Montez son dos nombres que, aunque separados por décadas, resuenan con fuerza en el imaginario del cine internacional. 

Ambas han dejado una marca indeleble en la industria, pero lo han hecho en contextos históricos y culturales muy diferentes, lo que enriquece aún más la comparación de sus legados.

“La Reina del Tecnicolor” fue un símbolo del glamour de Hollywood durante la década de 1940. Saldaña, por otro lado, se ha convertido en una de las figuras más reconocidas del cine contemporáneo, especialmente en géneros como la ciencia ficción y la acción.

El pasado domingo, Saldaña fue galardonada como mejor actriz de reparto en la premiación de los Globos de Oro por interpretar el papel de Rita Moreno en la película “Emilia Pérez”.

Zoé Saldaña, nacida en Nueva Jersey en 1978 pero con fuertes raíces dominicanas y puertorriqueñas, ha logrado un estatus estelar en una era completamente diferente.

María Montez, nacida como María Antonia García Vidal de Santo Silas en Barahona, República Dominicana, en 1912, emigró a Estados Unidos en busca de una carrera en el cine. 

Su ascenso a la fama coincidió con el auge de las películas en tecnicolor, un formato que potenció su imagen como una estrella exótica y glamorosa.

Montez protagonizó películas como “Las mil y una noches” (1942) y “La reina de Cobra” (1944), que la consolidaron como una figura icónica. 

En estas producciones, interpretaba papeles de princesas y reinas en mundos fantásticos, lo que cimentó su imagen de divinidad cinematográfica. 

Su capacidad para capturar la atención de la audiencia y su presencia magnética en pantalla la hicieron una de las estrellas más queridas de su época, especialmente entre el público latinoamericano.

LA CARA DEL SIGLO XXI

Zoë Saldaña, nacida en Nueva Jersey en 1978 pero con fuertes raíces dominicanas y puertorriqueñas, ha logrado un estatus estelar en una era completamente diferente. Su carrera despegó con papeles notables en “Center Stage” (2000) y “Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl” (2003), pero fue con “Avatar” (2009) y “Guardians of the Galaxy” (2014) que alcanzó la cima de Hollywood. 

Saldaña ha demostrado ser una camaleónica actriz que transita con facilidad entre universos cinematográficos como el de Marvel, “Star Trek” y el de James Cameron. Además, su inclusión en películas de gran presupuesto y tecnología avanzada como “Avatar” la posiciona como una figura clave en el cine del siglo XXI.

“Siempre estaré orgullosa de ser quisqueyana”, le respondió Zoé Saldaña al presidente de la República, Luis Abinader, tras felicitarla por ganar su primer Globo de Oro.

Ambas actrices comparten la distinción de ser representantes de la República Dominicana en Hollywood, aunque sus contextos históricos han definido trayectorias distintas. 

Mientras que Montez tuvo que labrar su camino en una industria que explotaba estereotipos y la “exotización” de las actrices no anglosajonas, Saldaña ha podido navegar una era más inclusiva en términos de diversidad. 

Esto no significa que Saldaña no haya enfrentado retos: su elección para interpretar a Nina Simone en una biopelícula fue duramente criticada por cuestiones relacionadas con la representación étnica y el colorismo, lo que evidencia que el camino hacia una industria verdaderamente inclusiva aún está en construcción.

En términos de impacto, el legado de Montez reside en su capacidad para abrir puertas a futuras generaciones de artistas latinas en Hollywood. 

La reina del siglo XX fue una de las primeras en demostrar que una mujer latina podía convertirse en una estrella internacional, aunque a menudo encasillada en papeles que reforzaban estereotipos.

Su influencia se extiende más allá de sus películas, convirtiéndose en un símbolo de orgullo para la comunidad dominicana y latinoamericana.

Saldaña, por su parte, representa una evolución en la representación de las mujeres latinas en Hollywood. 

Su habilidad para asumir papeles protagónicos en algunas de las franquicias más exitosas de la historia del cine muestra un cambio significativo en cómo la industria percibe a las actrices latinas. 

A diferencia de Montez, Saldaña no está limitada a papeles que dependan de su “exotismo”; en cambio, se le reconoce por su talento, versatilidad y compromiso.

En cuanto a su impacto cultural, ambas han jugado un papel crucial en cómo se percibe a la mujer latina en Hollywood y en la cultura popular en general.

Montez, a pesar de las limitaciones de su época, logró proyectar una imagen de sofisticación y carisma que desafiaba algunas de las percepciones más reductoras de la mujer latina. 

Saldaña, en cambio, ha ampliado estas fronteras, demostrando que las actrices latinas pueden liderar franquicias multimillonarias y ser parte integral de historias que trascienden culturas y géneros.

Una comparación interesante también se da en el ámbito estético. 

Mientras que Montez brillaba en películas que explotaban el esplendor del tecnicolor, Saldaña lo hace en un panorama cinematográfico dominado por los efectos visuales generados por computadora.

Esto refleja no solo los avances tecnológicos del cine, sino también los cambios en las preferencias narrativas y estéticas de la audiencia.

A nivel personal, ambas han servido como fuentes de inspiración para innumerables mujeres latinas que sueñan con una carrera en el cine. 

Montez, con su audacia para soñar en grande en una época de barreras casi insuperables, y Saldaña, con su determinación para conquistar una industria en constante evolución, representan diferentes facetas del mismo sueño: ser vistas, escuchadas y valoradas en un escenario global.

En definitiva, aunque separadas por más de medio siglo, Zoë Saldaña y María Montez comparten un hilo conductor: su contribución a la representación y visibilidad de las mujeres latinas en Hollywood. 

Sus carreras, aunque moldeadas por las circunstancias de sus respectivas épocas, son testimonio de la resiliencia, el talento y la ambición que las han llevado a convertirse en figuras icónicas.

Montez allanó el camino, y Saldaña lo ha ampliado, demostrando que el legado de una pionera puede ser el cimiento para nuevas generaciones de estrellas.

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