Las fuertes emociones siempre permiten que afloren los verdaderos sentimientos que alberga el corazón, y fue lo visto por el mundo, la noche del pasado domingo, al escuchar las primeras palabras de la actriz Zoe Saldaña, tras recibir su primer Oscar.
“¡Mami! ¡Mami! ¡Mami! ¡Mi mamá está aquí! ¡Toda mi familia está aquí!”, dijo llorando Zoe al recibir la estatuilla que la acredita como mejor actriz de reparto, por la interpretación de la abogada “Rita Mora” en el polémico narco musical de “Emilia Pérez”.
La actriz también agradeció a su esposo el artista plástico Marco Perego, a sus hermanas Mariel y Cisely y, dedicando el premio a su abuela Argentina Cesse. a quien recordó con mucho y quien llegó a Estados Unidos en 1961.
Tras elogiar al elenco y al equipo de la película y a todos los que trabajan con ella, Saldaña se emocionó aún más al mencionar a su familia.
“Todo lo valiente, escandaloso y bueno que he hecho en mi vida es gracias a ti”, le dijo a su esposo, de quien elogió su “hermoso cabello” y agradeció por la crianza conjunta de sus tres hijos (los mellizos Cy y Bowie, de 10 años y Zen, de siete años).

“Recibir un premio por poder cantar y hablar en español… Mi abuela, si estuviera aquí, estaría tan encantada… ¡esto es para mi abuela, Argentina Cesse!”, exclamó al concluir.
“Un discurso cargado de emociones y fuertes mensajes. En la parte afectiva vemos a una hija agradecida del amor que le ha impregnado una madre, que siempre ha estado para abrazar, consolar y guiarla. Vemos a una esposa enamorada, resaltado las virtudes de un compañero, feliz por el padre de sus hijos. Observamos a una hermana que denota una complicidad y una unión de toda la vida junto a sus hermanas, y finalmente a una nieta agradecida de sus ancestros, como su abuela, quien marcó el camino hacia la emigración”, expuso la psicóloga Isabel Ángeles.
Agregó: “En ese momento, de tantas emociones encontradas, deja salir tu verdadero yo, los sentimientos fluyen con facilidad”.
Tan fuerte es el arraigo familiar y hermandad que existe entre Zoe y sus hermanas, que en enero de 2013 fundaron juntas la productora, Cinestar Pictures, con la que han realizado desde películas a realitys y programas de televisión.
“Lo que de verdad hacemos es proteger nuestro núcleo familiar. Sin eso, estamos perdidas. Siempre ha sido una bendición saber que juntas somos más fuertes. Y como creo que nos dimos cuenta desde el principio, estamos muy orgullosas del trabajo que estamos haciendo”, ha dicho Cisely.
Mientras que Zoe ha expresado en varias ocasiones lo agradecida que se siente por su familia y sus hermanas. “Son mis compañeras de aventuras, mis almas gemelas, somos estrellas de rock juntas”.
Zoe también ha resaltado a su hermano, Carlos Galán, músico de rap conocido artísticamente como Nipo (hijo de Dagoberto) y a sus sobrinas Eli y Kasey.

En 2006 Zoe decidió formar su propia familia, junto a su esposo Marco Perego, procreando a los mellizos Cy y Bowie, de 10 años y Zen, de siete años.
A pesar de que la infancia de Zoe Saldaña estuvo marcada por la pérdida de su padre, transcurrió en medio del cariño familiar, enfrentando las adversidades económicas sin descuidar la parte afectiva.
Y es que luego que su padre biológico, Aridio Saldaña, de origen dominicano, falleciera cuando ella contaba apenas con 9 años de edad en un trágico accidente de tránsito, el desaliento invadió a toda la familia.
“Todo lo que debería haber sido supe colorido y brillante se volvió gris. Aprendí sobre la fragilidad de la vida desde muy temprana edad”, puntualizó Zoe para Vanity Fair.
Contó para la revista Harper’s Bazaar que cuando murió su padre ella y sus hermanas se pusieron “en modo supervivencia”.
“Abandonamos todos esos pequeños placeres de la vida que haces en el día a día y que te tranquilizan. Recuerdo que mi madre solía pintarse los labios de rojo y ponerse pantalones cortos o vaqueros ajustados para siempre estar guapa y coquetear con mi padre. Pero en el momento en que falleció, no se levantó ́ de la cama durante más de un par de años”.
Fue entonces que finalizando los años 80 sucedió la mudanza a República Dominicana junto a sus dos hermanas, mientras su madre Asalia Nazario, se quedaba en Nueva York trabajando como traductora en un hotel, para ganar dinero y sustentar la seguridad de sus hijas.
A pesar de la distancia Asalia fue una madre presente y ocupada totalmente del bienestar económico y emocional de sus hijas.
Luego se casó de nuevo con Dagoberto Galán, a quien las tres hermanas consideran un padre, dejando claro que entre la madre de Zoe y su nueva pareja pudieron enrumbarse en una familia sana, en donde las niñas siempre encontraron el amor y la seguridad para crecer.
Zoe y sus hermanas regresaron a su país de origen, Estados Unidos, y completaron sus estudios en la escuela secundaria Newtown, en Queens, donde se habían mudado, concretamente al barrio de Jackson Heights. Allí dio sus primeros pasos como actriz.