Sauro Scalella

Santo Domingo, R.D.

“Tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), están en la obligación de asistir a ese pueblo (Haití)”, fue la principal exhortación que dijo el presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez durante una rueda de prensa celebrada este miércoles en el auditorio del Museo y Casa de Duarte, Ciudad Colonial.

Ramírez incitó a los organismos luego de haber dicho que la entidad, la cual preside, “intensificará en este año 2023 sus esfuerzos con la finalidad de lograr que la comunidad asuma su responsabilidad respecto a la crisis y la situación de Haití”.

Asimismo, el presidente afirmó que “nadie” está asumiendo las problemáticas del vecino país, considerando esto, a su vez, como una “preocupación” que tiene la República Dominicana.

“Todos están mirando para otro lado y cada uno de ellos (haitianos) esperan que alguien asuma una iniciativa. Nadie la está asumiendo y eso es preocupante”, aseveró Gómez Ramírez.

Crisis haitiana

El funcionario, tras su llamado a la comunidad internacional, destacó la reciente “crisis política” que azota, hasta el sol de hoy, al país caribeño.

En ese sentido, se refirió como una problemática actual la expiración del mandato de senadores haitianos que ocurrió el pasado martes, dejando al país ausente de legisladores tanto en su Cámara de Diputados como del Senado.

Ante esto, Gómez Ramírez expresó que “hay otro vacío institucional, es decir, eso que quedaba (Senado), ya no queda”.

También, hablo de los “grupos armados” o “bandas delictivas” que han operado en Haití, y se han intensificado, aun mas, tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse.

“Los secuestros en Haití, los asaltos, la violencia auspiciada por grupos que, pese a la desorganización general, esos grupos armados están organizados y operan, y entonces, a nosotros nos preocupa”, manifestó el presidente.

“Frontera frágil”

De igual forma, Gómez Ramírez dijo que “la República Dominicana exhibe estabilidad en el momento, pero, es una estabilidad amenazada por una frontera frágil que en cualquier momento puede romperse”.  

“De ahí que el Instituto Duartiano expresa su preocupación y particularmente llama a nuestras autoridades a hacer una fiscalización, una vigilancia mayor, en consonancia con la gravedad de la situación del país vecino”, agregó el funcionario.