AP
Washington, Estados Unidos
La Reserva Federal de Estados Unidos aumentó ayer miércoles su tasa de interés de referencia en tres cuartos de punto porcentual por segunda ocasión consecutiva, sus intentos más enérgicos en más de tres décadas para controlar la inflación.
Con ello, la tasa usada para muchos préstamos personales y empresariales sube a un rango de entre 2.25% y 2.5%, su nivel más alto desde 2018.
En conferencia de prensa después de la reunión de políticas más reciente del banco central, su presidente, Jerome Powell, ofreció señales contradictorias sobre los posibles próximos movimientos. Subrayó que la Fed sigue comprometida a controlar la elevada inflación crónica, aunque también dejó abierta la posibilidad de que pronto podría optar por aumentos menos pronunciados de sus tasas.
E incluso en un momento en que crecen las preocupaciones de que las medidas de la Fed puedan provocar una recesión, Powell se abstuvo de decir que el banco central desaceleraría sus incrementos si se presenta una recesión mientras la inflación aún estuviera elevada.
Roberto Perli, economista del banco de inversiones Piper Sandler, dijo que Powell enfatizó que “incluso si causara una recesión, reducir la inflación es importante”.
Pero la insinuación de Powell de que el ritmo de los incrementos de la Fed podría reducirse ahora que la tasa clave se encuentra en un nivel que se cree no fomenta ni restringe el crecimiento ayudó a impulsar fuertemente a Wall Street, donde el indicador S&P 500 se disparó un 2,6%. La perspectiva de tasas de interés más bajas suele beneficiar a los mercados bursátiles.
Al mismo tiempo, Powell actuó con cautela durante su conferencia de prensa para no descartar un nuevo aumento de tres cuartos de punto durante la próxima reunión de la Fed en septiembre.
Amnistía.
La decisión del banco central estadounidense se tomó tras un fuerte aumento en la inflación al 9.1%, su ritmo anual más rápido en 41 años, y refleja su empeño en acotar los aumentos de precios en todos los sectores de la economía.
Lucha interna.
Al aumentar las tasas de interés, la Fed hace que sea más costoso conseguir un crédito hipotecario, empresarial o para un auto. Ello hace que la gente y las compañías pidan prestado menos.