La mayoría de los países ricos están creando condiciones insalubres, peligrosas y nocivas para los menores de todo el mundo, según un informe del Centro de investigación Innocenti de Unicef, publicado el martes, que insta a reducir la producción de desechos, y la contaminación atmosférica y acuática.
El centro analizó 39 países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y de la Unión Europea (UE) de acuerdo con indicadores sobre la exposición a contaminantes nocivos, como el aire tóxico, plaguicidas, humedad y plomo; acceso a la luz, espacios verdes y carreteras seguras o el vertido de residuos electrónicos.
“Si cada individuo del planeta viviera como un habitante de los países estudiados, se necesitarían 3,3 planetas para cubrir el conjunto de las necesidades de la humanidad. Y si cada uno consumiera los recursos al ritmo de un canadiense, un luxemburgués o un estadounidense, este número se situaría en 5”, advierten los autores.
España, Irlanda y Portugal son los mejores alumnos en esta clasificación y los peores, Rumanía, Costa Rica y Estados Unidos. Chile se sitúa en el puesto 33.
Pero ninguno de los países estudiados proporciona entornos saludables para todos los niños en todos los indicadores, según el informe.
En países como Australia, Bélgica, Canadá y Estados Unidos, el impacto sobre el medio ambiente mundial es grave y está generalizado, si se tienen en cuenta las emisiones de CO2, los residuos electrónicos y el consumo general de recursos per cápita.
Por el contrario, los países menos ricos en América Latina y Europa tienen un impacto mucho menor sobre el medio ambiente mundial en general.
“La mayoría de los países ricos no sólo no están proporcionando entornos saludables para los niños dentro de sus fronteras, sino que también están contribuyendo a la destrucción de los entornos de la infancia en otras partes del mundo”, denuncia en un comunicado Gunilla Olsson, directora del Centro Innocenti.
Más de 20 millones de menores tienen niveles altos de plomo en la sangre, precisa el informe.
Aunque Filandia, Islandia y Noruega están en lo alto de la lista para proporcionar un entorno sano a su propia juventud, en cambio, están en los últimos puestos en cuanto al impacto en el planeta en materia de emisiones, de volumen de desechos electrónicos y de nivel de consumo.
En Islandia, Letonia, Portugal y Reino Unido, uno de cada cinco menores está expuesto a la humedad y al moho en sus hogares, mientras que en Chipre, Hungría y Turquía, esta situación afecta a uno de cada cuatro.
Numerosos menores respiran un aire tóxico tanto en el exterior como en el interior. En particular en México, que registra el mayor número de años de vida saludable perdidos a causa de la contaminación atmosférica, con 3,7 años por cada 1.000 niños, mientras que Finlandia y Japón registran los datos más bajos, con 0,2 años.
En Bélgica, Israel, Holanda, Polonia, República Checa y Suiza, más de uno de cada doce menores está expuesto a tasas elevadas de polución relacionada con los pesticidas, asegura el informe.
No obstante, el informe advierte que los peor parados son los niños en los hogares más pobres expuestos a los mayores daños y riesgos medioambientales.
“Tenemos el deber hacia nosotros mismos y hacia las generaciones futuras de crear mejores entornos de vida para favorecer el bienestar de los menores”, dice Gunilla Olsson. “Es la herencia más preciosa para los menores y los jóvenes”, asegura.