El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, levantó ayer lunes el veto a la adhesión de Suecia a la OTAN, en la víspera de una cumbre de la alianza que se centrará en dar un mensaje de unidad en el apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que por el acuerdo alcanzado este lunes Erdogan enviará “el Protocolo de Adhesión de Suecia a la Gran Asamblea Nacional tan pronto como sea posible, y trabajará junto a la Asamblea para garantizar la ratificación”.
Al inicio de la jornada, Erdogan había sacudido a la OTAN al afirmar que su país únicamente levantaría su veto al ingreso de Suecia a la alianza militar si se allanaba la demorada adhesión de Turquía a la Unión Europea (UE).
Erdogan mantuvo ayer lunes una reunión con Stoltenberg y el primer ministro de Suecia, Ulf Kistersson, pero ante la nueva exigencia se organizó un encuentro del dirigente turco con el titular del Consejo Europeo, Charles Michel.
Al final de esa reunión, Michel anunció que había discutido con Erdogan formas de “revitalizar” las relaciones entre la UE y Turquía.
Además, señaló Michel, el Consejo “invitó al Alto Representante [el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell] y a la Comisión Europea a presentar un informe con una visión sobre cómo proceder de forma estratégica y con la vista en el futuro”.
Turquía presentó su candidatura para sumarse a la UE en 1987, y fue considerado elegible en 1999, aunque en la última década no se registró prácticamente ningún avance en ese sentido.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desembarcó en Vilna al inicio de la tarde, proveniente de Londres, donde mantuvo encuentros con el primer ministro británico, Rishi Sunak, y con el rey Carlos III.
Al subrayar que estaba “impaciente” de recibir a Suecia como 32º Estado miembro de la OTAN, Biden se mostró dispuesto a trabajar con Erdogan “para reforzar la defensa y la disuasión en la zona euro-atlántica”.
La ministra alemana de Relaciones exteriores, Annalena Baerbock, saludó las “buenas noticias provenientes de Vilnius”.
El Primer ministro sueco Ulf Kristersson saludó “un buen día” para su país y un “grand paso”.
Hungría debe también aprobar la adhesión, pero su Primer ministro, Viktor Orban, sugirió que podría hacerlo rápido, al indicar que no quiere ser el último en dar el paso.
SITUACIÓN DE UCRANIA
La cumbre de la OTAN tendrá como asunto central la delicada relación de la alianza militar transatlántica con Ucrania, que desde febrero de 2022 enfrenta una invasión por parte de las tropas rusas.
El país ha reclamado con insistencia garantías de seguridad y de una futura adhesión.
Sobre la adhesión de Ucrania a la alianza militar, la OTAN levantará un importante obstáculo en el proceso: el requisito del llamado Plan de Acción para la Adhesión (Membership Action Plan, MAP, en inglés), un dispositivo que establece una serie de objetivos de reformas.
Los aliados “están dispuestos” a eliminar esta exigencia para la adhesión de la candidatura de Ucrania, dijo a la AFP un funcionario occidental de la alianza, que requirió el anonimato.
Este plan “es sólo una de las etapas del proceso de adhesión en la OTAN. Incluso si se elimina, Ucrania deberá realizar otras reformas antes de integrar la OTAN”, precisó el funcionario.
El ingreso a corto plazo parece, no obstante, descartado.
Estados Unidos y Alemania insisten en una promesa imprecisa sobre la futura adhesión de Ucrania, sin determinar un calendario.
“No creo que esté lista para formar parte de la OTAN”, afirmó el presidente estadounidense, Joe Biden, a la cadena CNN, añadiendo que tampoco había unanimidad entre los aliados sobre la integración de Ucrania “en medio de una guerra”.
“Estaríamos en guerra con Rusia si ese fuera el caso”, advirtió.
“El proceso de adhesión a la OTAN toma su tiempo”, agregó.
El gobierno ruso consideró que el ingreso de Kiev en la alianza sería “muy negativo” para la seguridad en Europa.
POSIBLES COMPROMISOS
Para contrarrestar esta posición y mostrar su apoyo, varios pesos pesados de la OTAN negocian posibles compromisos para suministrar armas a largo plazo a Kiev, máxime cuando las fuerzas ucranianas lanzaron en junio una contraofensiva para recuperar zonas ocupadas por Rusia, pero avanzan lentamente.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, el país ha recibido decenas de miles de millones de dólares en equipamiento militar.
Estados Unidos prometió el viernes el envío de las polémicas bombas de racimo.
Estas armas, prohibidas en muchos países, matan indiscriminadamente al dispersar pequeñas cargas explosivas, y pueden causar numerosas víctimas civiles colaterales.