Desde que Luis Abinader asumió la Presidencia de la República en agosto del 2020, el Tren Metropolitano de Santo Domingo ha sido una de sus principales propuestas al momento de plantear una solución a los grandes taponamientos que se producen en la capital dominicana y de paso mejorar el sistema de transporte público.
Sin embargo, tras ser anunciada en varias ocasiones, múltiples licitaciones aperturadas y un conjunto de declaraciones de interés de inversión en el proyecto, el sistema de transporte aún no logra materializarse, mientras Abinader se encamina a cumplir su quinto año a cargo del Poder Ejecutivo.
La primera mención de la creación de un “Tren Metropolitano de Santo Domingo” ocurrió semanas antes de que el mandatario cumpliera su primer año en el poder, en agosto del 2021, cuando luego de que quedara instituida la Oficina de Desarrollo de Proyectos de Movilidad Urbana e Interurbana, varias semanas después, se abriera el proceso de consulta del pliego de condiciones para la “fabricación, suministro, instalación, puesta en marcha, operación, mantenimiento y financiamiento del componente electromecánico de los sistemas de transporte ferroviario de las ciudades de Santo Domingo y Santiago”.
En esa oportunidad, se convocó a todos los fabricantes y desarrolladores de sistema de transporte ferroviario a manifestar interés de participar en el proyecto.
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Esa convocatoria cerró a mediados del septiembre subsiguiente, con la participación de 36 personas de manera presencial y 125 de manera virtual, de las distintas empresas en diferentes países que manifestaron interés. De acuerdo al comunicado de prensa enviado en esa oportunidad por el Ministerio de la Presidencia, el siguiente paso sería presentar el proyecto a las distintas embajadas instaladas en el país.
Tras varios meses en silencio, el entonces ministro de la Presidencia, Lisandro Macarrulla, y el ministro francés de Comercio Exterior, Franck Riester, firmaron en diciembre de ese año un convenio bilateral que permitirá la cooperación técnica y financiera de las empresas francesas en el desarrollo los sistemas de transporte masivo en República Dominicana, incluyendo el Tren Metropolitano.
Justo un año después, diciembre del 2022, el director del Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema de Transporte Masivo de la República Dominicana (Fitram), Jhael Isa, comunicaría que la fase de ingeniería básica y los modelos estructurales habían culminado y que en 2023, la licitación sería lanzada.
En junio del 2023, Abinader anunció que el proyecto se realizaría mediante una alianza público-privada y que el costo sería de unos US$2,000 millones, de los cuales el Gobierno dominicano aportaría US$800 millones y US$1,200 provendrían del sector privado.
En agosto de ese año, el Fitram depositó en la Dirección General de Alianzas Público-Privadas (DGAPP), la iniciativa pública del Tren Metropolitano de Santo Domingo para que de esa manera iniciara el proceso de adjudicación.
De acuerdo con lo establecido a la Ley 47-20, la propuesta debía ser conocida por el Consejo Nacional de Alianza Público Privada (CNAPP), para que se emita la declaración de interés público y luego proceder con la estructuración de la iniciativa y el proceso competitivo para la adjudicación de carácter internacional, donde podían participar empresas calificadas con las credenciales técnicas y financieras, en una licitación abierta y transparente.
Sin embargo, esa declaración de interés público nunca se produjo y con los funcionarios de Gobierno y demás actores políticos preparándose para el año electoral, el proyecto fue engavetado hasta luego de los comicios.
A pesar de que el proyecto había quedado a manos de la DGAPP, el Gobierno lanzaría el pasado 10 de julio de 2024 una licitación para la construcción del Tren Metropolitano de Santo Domingo; mediante una comunicación oficial, se manifestó que se convocaba a las empresas que estaban “debidamente domiciliadas en la República Dominicana”, colocándose la fecha de 16 de septiembre de ese año para que las empresas interesadas presenten sus ofertas finales.
En medio de ese proceso, durante la toma de posesión de su segundo mandato, el mandatario manifestó que con su propuesta de reforma tributaria se garantizaría “la movilización de los recursos que se requieren para la transformación del país y materializar proyectos tan importantes como el Tren Metropolitano”.
El proyecto de reforma fiscal fue ampliamente criticado y eso motivó que la propuesta legislativa fuera retirada del Congreso Nacional, antes de su aprobación, a finales del pasado mes de octubre. En la primera semana de noviembre, el Gobierno anunciaría la cancelación oficial de la licitación del tren para señalar, otra vez, que la construcción se realizaría mediante la alianza público privada.
Las autoridades gubernamentales explicarían que tomaron esa decisión debido a que durante el proceso de licitaciones, múltiples interesados de distintos países se acercaron al Fitram para manifestar su capacidad e interés de invertir en el referido proyecto, permitiendo así optimizar la disponibilidad de recursos a través los mecanismos de alianzas público privadas que promueve la ley.
Ese anuncio del Poder Ejecutivo trajo consigo más ofertas de financiamiento, ya que justamente al día siguiente, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) comunicó su disposición de apoyar los diseños, estructuración y financiación de la obra.
Mientras que en abril de este año, el embajador del Japón en República Dominicana, Osamu Hayakawa, le dijo a LISTÍN DIARIO que su país tiene interés en participar en el proyecto y que estarían pendientes de la apertura de una nueva convocatoria.
Francia otra vez
Tras varios meses de menciones en “posibles proyectos” y “planes futuros”, el Tren Metropolitano volvería al escaparate público cuando en una reunión entre Abinader y su homólogo francés, Emmanuel Macron, se revelaría el interés del Gobierno de Francia en financiar el 85 % del Tren Metropolitano de Santo Domingo y el plan integral del transporte del Gran Santo Domingo.
Detalles
De acuerdo con el Gobierno, el Tren Metropolitano, que transitaría a través de los puentes Duarte y Juan Bosch, tiene previsto impactar a una población de cerca de un millón de habitantes.
La estructura ferroviaria estará compuesto por 20 estaciones, cuatro de ellas en el Distrito Nacional y el resto en Santo Domingo Este, teniendo como destino final el Aeropuerto Internacional de Las Américas.