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Se eleva clamor de orden y paz en “La 42” de Capotillo

En una estrecha calle considerada el motor económico principal del barrio Capotillo, “La 42”, en el Distrito Nacional, un estado de preocupación e incertidumbre está dominando sobre la mayoría de sus residentes, todo esto por los últimos hechos violentos ocurridos en el área.

El reloj marcaba las 11:00 de la mañana cuando un equipo de reporteros de Listín Diario llegó al populoso sector capitalino.

A esa hora, motociclistas y otras personas sentadas en pequeños contenedores de cerveza se quedaban contemplando, de manera curiosa, la identificación de la unidad que servía de transporte.

Allí se sentía un fuerte olor, similar a sustancias “relajantes”, según nombran aquellos que las consumen, específicamente marihuana.

Esto se religaba con el dióxido de carbono de los autos y el fuerte olor de cigarrillos.

Pero para conocer más sobre esto y otros detalles de la vida en este voluminoso asentamiento del Distrito Nacional, empezó un recorrido por “La 42”.

De inmediato fue notorio el estado de inconformidad de alguna gente allí, que decidió alejarse cuando se enteró el objetivo de la visita era conocer la realidad social y económica de la comunidad.

Aunque algunos quebrantaban la ley, mediante el uso de sustancias ilícitas, fueron estos quienes, finalmente, permitieron a los periodistas, bajo su protección, dialogar con propietarios de negocios y familias.

Se manifiesta un ferviente deseo por el trabajo y un sueño familiar de vivir bajo un ambiente de orden y tranquilidad.

NEGOCIOS Y “TETEOS”

Capotillo es un sector muy visitado por artistas del género urbano para promocionar sus canciones y realizar producciones audiovisuales, en compañía de sus seguidores, que se trasladan desde diversas demarcaciones del Gran Santo Domingo.

Cientos de personas se aglutinan, sin que importe el día, a lo largo de la vía principal, bailando y festejando, desde la noche hasta primeras horas de la mañana.

Estas actividades generan un importante activo para los comerciantes de la zona, ya que sus ingresos se incrementan exponencialmente por cada fiesta.

Sin embargo, los homicidios y hechos vandálicos han obligado la intervención de fuerzas policiacos-militares, que han ejecutado operativos y formados cercos en la zona, para preservar la seguridad y el bienestar económico de los moradores. Pero estos operativos encuentran sus objeciones. Los que elevaron sus quejas han pedido reservas de sus identidades.

LOS INCONFORMES

Parte de las quejas provienen de ciudadanos que expenden bebidas alcohólicas. “Esto es un abuso que no nos dejen abrir (negocios), porque yo tengo un hijo y familia que mantener”, manifestó un residente.

Otros aseguran que el pasado viernes, cuando un “teteo” terminó con la muerte de una persona, y varios heridos, las autoridades no explicaron todo lo ocurrido. 

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