Mientras el presidente del Licey pone en duda el regreso del equipo a Nueva York, alegando fallas logísticas de los organizadores y cuestionando los gastos en los que se incurrió, el promotor de la serie Titanes del Caribe ya da forma a la edición 2024.
A Félix Cabrera, un empresario con más de 40 años llevando artistas a la Gran Manzana, le gustaría que Tigres y Águilas se enfrenten en el Yankees Stadium, en El Bronx, donde reside un grueso dominicano. Quiere que la serie sirva de apertura al próximo campeonato otoño-invernal, que sería en la segunda mitad de octubre.
Pero reconoce obstáculos de calendario que pueden complicar, ya que para la fecha el dueño del recinto puede estar en playoffs.
“Es una decisión económica que tengo que pensarla, pero me gustaría más que sea en el Yankees Stadium“, dijo Cabrera, al hablar con DL en conversación telefónica.
“No he hablado con Ricardo (Ravelo, presidente del Licey) desde que se fue. Pero él se fue muy contento de aquí, no entiendo eso, no lo he escuchado”, dijo Cabrera, que prefirió evitar comentarios sobre las palabras del ejecutivo azul.
Las quejas
Ravelo, en entrevista con el programa radial Grandes en los Deportes, definió la visita del conjunto el pasado fin de semana como “una mala experiencia”, cuyas vicisitudes sufridas los dejaron “sin ganas de volver”.
Dijo que dos días antes de tomar el avión no tenían informaciones ni del vuelo ni de los hoteles para hospedar la delegación, ni las boletas que les correspondían. Para regresar al país los jugadores habrían estado “tirados” en el aeropuerto hasta las tres de la mañana “algo que yo no voy a perdonarle a nadie”.
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El directivo expuso que acuerdos como lo relacionado al pago de la dieta de los peloteros del Licey fueron incumplidos y que, a raíz de eso, el equipo realizó pagos que no tenía programado.
El desafío
Cabrera reveló que llevaba alrededor de 10 años tratando de montar la serie y estuvo cerca de materializarla en 2019, cuando incluso se reunió en casa del fenecido comercializador de las Águilas, Juanchy Sánchez, pero no se logró.
Pero enumeró las razones por las que montar una serie que reconoció fue un éxito en todo el sentido de la palabra tomó tanto tiempo para disputarse.
“Más allá del clima pienso que duró tanto porque nadie se había atrevido a hacer la inversión y arriesgar el dinero que se arriesga en un evento así; porque no son dos centavos, son millones de dólares, nadie se había atrevido, pero yo soy un atrevido y me atreví”, dijo Cabrera, que estimó el costo entre siete y ocho millones de dólares.
A Cabrera no le sorprendió que 90,900 fanáticos asistieran al parque durante los tres días de juego.
“Te quedas corto si dice que el nivel de riesgo es alto; es altamente riesgoso, tiene en contra el clima, que es frío; tiene en contra que si llueve, que es fin de semana y que ya los gastos están hecho. Ya pagaste el estadio, que aquí son carísimos, las uniones (sindicatos) que son carísimas, que no hay quien le meta el pico, y más cuando le ha pagado ya por adelantado a los equipos, ya el dinero está todo invertido cuando llega el fin de semana. No sabes lo que va a pasar el fin de semana hasta que llegue”, dijo Cabrera.
El acuerdo original, en palabras, es por tres años, pero ya el presidente de la Lidom, Vitelio Mejía, ratificó que volvería a jugarse.
“Arriesgué dinero hasta de socios míos en ese evento porque yo quería ser el primero que le diera esa felicidad a los dominicanos, a la diáspora, de ver las Águilas y Licey en Nueva York. Era una ilusión por años, como vivo aquí por más de 40 años yo lo sabía. Aquí hay mucha gente que ha vivido por 30 y 40 años que ni siquiera puede viajar a RD, ni residencia tiene y mucha de esa gente fue la que pagó para ver los juegos y les agradezco al público de Nueva York y zonas aledañas porque creyeron en el sueño que yo tenía y sabían que yo no les iba a fallar, que los equipos vendrían”, dijo Cabrera.