Ninguna sirve para nada, se gastan 400 mil millones anualmente y el problema no es gerencial. El presupuesto de educación es de RD$295 mil millones y el subsidio eléctrico anda por RD$95 mil millones.
El Modelo Trump no funcionaría aquí porque nuestras provincias no tienen la capacidad técnica y organizativa de los Estados en Estados Unidos para manejar la educación junto a los padres, profesores y alumnos. Es una descentralización total que eliminaría el Departamento de Educación, según la promesa de Trump.
Lo que aquí podría funcionar es la creación de 4 Direcciones Regionales que administren la educación de forma descentralizada. La primera seria en Santiago (Dirección Norte de Ecuación) que manejaría la educación en todas las provincias del Cibao con total autonomía y un presupuesto anual para cubrir los gastos e inversiones. La segunda, en Barahona (Dirección Sur de Educación) que haría lo mismo, la tercera, en La Romana (Dirección Este de Educación) y finalmente, la Dirección Central de Educación para manejar el sistema educativo solo en el gran Santo Domingo, separado totalmente del MINERD.
Con el mismo presupuesto, los recursos se asignarían a cada región en base a sus necesidades y con fuerte supervisión de la Cámara de Cuenta y la Contraloría. Además, tendrían potestad de darle de baja a cualquier profesor y personal administrativo con pobre rendimiento.
La clave de este sistema descentralizado es que acercaría más a los alumnos, padres, profesores y directores de cada provincia y región y se tomarían decisiones más consensuadas sobre las condiciones físicas de las escuelas, la calidad del profesorado y las necesidades de mejorar los programas de estudio. También se reducirá el personal supernumerario significantemente, usando mas eficientemente los recursos asignados.
El MINERD quedaría reducido a un ente estrictamente regulatorio con un pequeño grupo de técnicos, monitoreándolo todo a través de un sistema computarizado interconectado con cada región.
En cuanto al tema eléctrico es muy sencillo. He dicho decenas de veces que la única forma de reducir ese subsidio es privatizando la distribución de energía. Que los 800 mil hogares que no tienen contadores, se le instale uno y que todos paguen su energía como lo hacen con el teléfono. También atacar el robo de grandes consumidores con el corte inmediato del suministro, aunque sea del Palacio Nacional.
Mientras sigamos amarrados al mismo esquema de distribución, producir más energía elevaría el subsidio muy por encima de los 120 mil millones en pocos años. Cifra que equivale a lo que se recaudaría con la natimuerta reforma fiscal.