Centenares de presos tomaron el penal de Tacumbú, el mayor de Paraguay que alberga 3.000 reclusos, situado a 15 cuadras del radiocéntrico de Asunción, constató la AFP el martes.

“Estamos monitoreando y haciendo un seguimiento de todo lo que está ocurriendo. Obviamente con auxilio de la Fiscalía y los jueces. Esto es un tema que al final se resuelve en la Justicia y nosotros, como órganos custodio de las personas privadas de libertad, estamos trabajando en ese sentido”, expresó el ministro de Justicia, Angel Barchini.

El funcionario no confirmó ni desmintió una versión divulgada por la prensa sobre la captura por los presos del director del penal Adán Jesús González.

Un sinnúmero de presidiarios fueron vistos en los techos del edificio principal del presidio arrojando cascotes a los antimotines al tiempo que la televisión exhibió grandes llamaradas de fuego en el interior, atizada por colchones.

Los amotinados tomaron 10 guardiacárceles de rehenes y unas 30 mujeres que pudieron haber sido retenidas al finalizar el tiempo de visitas de familiares, informaron portavoces de la policía en el lugar.

“La cárcel está controlada por miembros del Clan Rotela, una organización que maneja el tráfico de drogas en Asunción y su área metropolitana”, dijo a la AFP el criminalista Juan Martens.

Los incidentes se registraron tras advertencias del ministro de Justicia la semana pasada quien anunció públicamente un plan “para retomar el poder de las penitenciarías” dominado por el “Clan Rotela” y los reclusos alineados en los grupos brasileños PCC (Primeiro Comando Capital) y Comando Vermelho.

El plan de control “va a tener costo en vidas humanas”, había expresado el ministro.

Los amotinados exigieron este martes la renuncia de Barchini para acabar el motín.

Paraguay, país mediterráneo de unos 6.500.000 habitantes, cuenta con unos 16.000 reclusos distribuidos en 18 penitenciarías. Poco menos de 3.000 están recluidos en Tacumbú, institución que registra un hacinamiento de 607%, según Martens.