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¿Para qué sirven los ricos cuando ya no cumplen su función social?

 Agencia EFE Madrid

Desde el final de la Edad Media hasta el siglo XX, los ricos han cumplido un rol social contribuyendo económicamente en momentos de crisis, pero este contrato se ha roto en el siglo XXI, según el italiano Guido Alfani, catedrático de Historia Económica de la Universidad Bocconi de Milán.

Para Alfani, la riqueza excesiva pone en peligro la democracia. Según Oxfam, el 1% más rico posee el 43% de los activos financieros, y los “ultrarricos” tienen una creciente influencia en la política mientras la fiscalidad progresiva está en retroceso.

“La tendencia creciente a la desigualdad no se va a interrumpir por sí misma y la ausencia de rol de los ricos será más problemática, habrá un verdadero peligro de inestabilidad social en el futuro”, vaticina el autor de ‘As Gods Among Men: A History of the Rich in the West’, un libro en el que recorre la historia de los ricos en Occidente desde la Edad Media hasta la actualidad.

La crisis de 2007, la ruptura del contrato

Alfani describe que “el humanismo identificó su rol en ayudar en tiempo de crisis a su comunidad“, algo que se mantuvo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

“El problema es que este rol tradicional ya no se ve en el siglo XXI”, agrega. El punto de inflexión fue la crisis de 2007, con el agravante de que fueron “los ricos” quienes la provocaron y “no han pagado” ni han hecho “una contribución excepcional en una situación de necesidad extrema”, algo “completamente inédito en la historia”.

En los últimos años una serie de “ultrarricos” están siendo muy visibles por su intromisión en la política o sus donaciones falsamente filantrópicas, según Alfani, que recuerda que Elon Musk ha donado 75 millones de dólares a la campaña electoral de Donald Trump, otro magnate “superrico”.

No es un fenómeno exclusivo de Estados Unidos. Europa fue pionera con el italiano Silvio Berlusconi en la década de los 90 y en épocas más recientes Rishi Sunak llegó a ser primer ministro de Reino Unido y Emmanuel Macron en Francia que, aunque no es un “superrico”, ha sido criticado por su estrecha conexión con Bernard Arnault, la persona más rica del mundo según la Lista Forbes 2024.

Según Alfani, es un problema general de difícil abordaje en una economía globalizada y con complejos mecanismos fiscales que facilitan la evasión fiscal al mismo tiempo que estos magnates lavan su imagen a través de donaciones voluntarias: “el contrato social es muy diferente, no es el contrato de una democracia, es otra cosa”. 

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