Los lideres de la oposición, en su desesperado accionar para culpar al presidente hasta de la picada de una abeja a un bañista de Boca Chica o de la intoxicación de un borracho en el Rio Yaque del Norte, declararon que el presidente fracasó en impedir la construcción del Canal en Haití para desviar el Rio Masacre.
Sin embargo, el gobierno hizo todo lo posible a nivel nacional e internacional para que ese Canal no fuera construido, incluyendo el cierre de la frontera al comercio con Haití durante varios meses, lo que redujo las exportaciones en unos 200 millones de dólares.
¿Qué quería la oposición? ¿Qué invadiéramos Haití? ¿Que bombardeáramos el Canal? ¿Que mantuviéramos cerrada la frontera indefinidamente perdiendo un comercio de 800 millones al año?
Además, estaba muy claro que Ariel Henry, ex presidente de Haití, estaba incitando a que el Canal se construyera como represalia por las deportaciones de haitianos ilegales.
Estaba jugando una doble carta para poner al pais en una situación difícil ante la comunidad internacional y ante la propia ciudadanía que se oponía a esa obra amenazante para la agricultura dominicana.
Nada de eso. La decisión del presidente fue la correcta y los resultados ya se están viendo.
Reparar, habilitar y poner en funcionamiento el Canal de La Vigía ya está dando sus frutos.
Mientras se abastece de agua a los agricultores dominicanos el Canal de Haití se seca y si el rio reduce su caudal al mínimo, no entrará una gota de agua hacia Haití.
Es una lección a los lideres políticos haitianos y a la oposición dominicana que no saben distinguir las buenas acciones con las circunstancias que la rodean.
Por ejemplo, Leonel Fernández fue el primero en querer responsabilizar al presidente Abinader del fracaso en impedir la construcción del Canal en Haití.
Hablamos del mismo hombre que en su gobierno construyó una universidad en Haití que costó US$50 millones de los impuestos de los dominicanos y que, obviamente, fue un banquete para su constructor Félix Bautista.
Esa Universidad es hoy un campo minado, un arrabal, un refugio, donde lo primero que hicieron los haitianos fue eliminar el cuadro de Juan Bosch de sus paredes.
Abinader logró con el BID la construcción de dos centros de maternidad en Haití sin que nuestro pais invirtiera un solo centavo.
Pero en Haití todo lo que se construye se destruye cuando no existe gobernabilidad.
Esa es la gran diferencia entre el pasado y el presente.