AGENCIA AFP
Los Angeles, Estados Unidos
Las abrasadoras temperaturas alcanzaron nuevos récords en este comienzo de verano en el oeste de Estados Unidos el viernes, cuando la primera ola de calor del año perdía intensidad.
Millones de personas en California, Nevada, Arizona, Nuevo México y Texas recibieron varias alertas de calor excesivo esta semana.
Aunque la región está acostumbrada a lidiar con el calor, a medida que el cambio climático agravado por la acción humana deriva en un clima más extremo, la actual ola llegó temprano de acuerdo con los registros.
Las Vegas alcanzó los 44º C el jueves, marcando la primera vez que esta temperatura llega tan temprano en la localidad.
“Los últimos días han estado CALIENTES”, escribió en X la cuenta del Servicio Nacional de Meteorología junto a una lista de regiones con nuevos récords diarios.
Entre ellos, el calcinante desierto Valle de la Muerte, que llegó a 50º C.
Hasta el sábado hay una alerta por calor excesivo en Las Vegas, donde las bibliotecas se convirtieron en estaciones de refrigeración donde los residentes pueden escapar de la sensación de horno, y algunos eventos se han visto obligados a trasladarse al interior.
En un mitin del expresidente y candidato republicano Donald Trump en Arizona, casi una docena de personas fueron trasladadas al hospital con agotamiento por calor, según informaron los bomberos a una filial local de ABC.
Se prohibió el senderismo en los populares caminos cercanos de Camelback Mountain y Piestewa Peak debido al calor.
“Con temperaturas llegando a los 110 grados (43,3º C), éste no es un día para el senderismo”, escribió el Departamento de Bomberos de Phoenix en Facebook.
Las regiones de la costa se han salvado de la ola.
Pero en una señal potencialmente ominosa de los meses venideros, ya se registraron pequeños incendios forestales en California.
El mayor, a unos 150 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, quemó más de 1.450 hectáreas de la zona agrícola del Valle Central, antes de ser controlado en gran parte por los bomberos.
Tras unos 20 años de sequía, y en un clima que atraviesa un lento proceso de desertificación, California ha sido testigo de un alarmante número de incendios destructivos en los últimos años.
Los incendios forestales son una parte natural, y necesaria, del ciclo vital de los espacios naturales.
Pero el cambio climático, provocado por la quema incontrolada de combustibles fósiles por parte de la humanidad, que bombea gases de efecto invernadero a la atmósfera, los está haciendo más grandes, más calientes y más impredecibles.