Ayer, alrededor de las 10:00 de la mañana, una multitud de ciudadanos inició una caminata desde la avenida Máximo Gómez, finalizando en el parque Eugenio María de Hostos, en una jornada denominada “Un paso por mi familia, Unidos por la Altagracia”.
Según consta en los preparativos, la actividad se realizó en ocasión del mes de la familia, y caminaron por el bienestar del país, sus proyectos, la honestidad, la palabra, identidad, solidaridad y otros valores.
“Estamos orando para que la ideología de género sea cosa del pasado; abogamos por políticas públicas a favor de la familia, para que puedan vivir en paz”, expresaron dirigentes de la actividad.
Víctor Méndez, perteneciente a la congregación “Emaus hombres”, aseguró que la marcha tiene más de 10 años realizándose y el único momento en que no fue celebrada se debió a la pandemia.
“Es una caminata en pro de la vida y la familia; queremos hacer sentir, en calidad de iglesia, el respeto y la unidad familiar”, afirmó Méndez.
De igual manera, Raúl Rodríguez, uno de los encargados del cuidado de acceso a la actividad, expresó que están sirviendo a Dios y que esto “no es ningún sacrificio”.
La actividad contó con la participación artísticas de los grupos católicos Proyecto 67 y Ministerio de Fe, también de Noel Reyes, Enrique Féliz y Ambioris Padilla. “Nos sentimos honrados y privilegiados de participar en esta actividad”, indicó Féliz.
Luego de la marcha y eventos musicales, fue oficiada una misa, presidida por los monseñores Ramón Benito Ángeles Fernández y Raúl Reynoso, el sacerdote Kennedy Rodríguez, diáconos, ministros del altar y otros.
En la celebración se hizo énfasis en mostrar a “Jesucristo como rey del universo”, celebrar la vida como don que se manifiesta en las familias y hacer llegar a Dios a los hogares y matrimonios.
“Sin amor el esfuerzo se hace muy pesado e intolerable, el verdadero vínculo es el señor. Queremos mostrar a un rey a una sociedad que parece querer vivir fuera de Dios”, expresó monseñor Fernández.
Participación
En la misa, la principal participación la tuvieron las familias, a través de las lecturas y también en la presentación de matrimonios que llevan más de “50 años unidos”. En la celebración se destacó la necesidad de construir un mundo “más justo y solidario en los valores del evangelio” y algunos miembros de familias vociferaron que “mientras el mundo no quiera hijos, los católicos los van a tener”.