AGENCIA AFP
Paris, Francia
“Sentía un desfase entre lo que los otros veían en mí y cómo yo me veía”. Durante mucho tiempo, Léon Salin, de 26 años, no pudo poner nombre a su malestar. Hasta que vio una imagen de una persona transgénero en Instagram.
“Entendí que me correspondía, que era yo”, explica a la AFP este joven suizo, que creció en una pequeña comunidad y que nunca había oído hablar de transexualidad hasta sus 20 años.
Unos meses después, inicio una transición de género y decidió documentar el proceso en las redes sociales.
Desde consejos a los jóvenes y explicaciones de sus experiencias diarias, en sus cuentas en Instagram y TikTok quiere mostrar a “un tipo trans que se siente a gusto consigo mismo”.
“Mi contenido es más que útil, es necesario, ya que no forzosamente tenemos otras representaciones o personas concernidas con las que hablar en nuestro entorno”, señala este “influencer”, cuya cuenta en TikTok tiene más de 88,000 seguidores y millones de vistas.
“La gente me lo agradece porque, gracias a mis publicaciones, han encontrado la fuerza de hacer su ‘coming-out’ (revelar su transexualidad)”, dice Salin.
¿RIESGO?
La transexualidad, considerada tabú durante muchos años, está ahora más aceptada en diversos países. Pero en algunos casos se están poniendo en cuestión las intervenciones médicas en los menores.
En el Reino Unido, el sistema público sanitario acaba de anunciar que no recetará más bloqueadores de pubertad a los menores que deseen cambiar de género.
Las autoridades suecas pusieron fin en 2022 a la hormonoterapia para los menores, salvo en contadas excepciones, alegando que se tiene que ser muy “prudente” en esta edad.
En Francia, un grupo de legisladores de derecha acusa a las redes sociales, sobre todo a las cuentas de personas transgénero, de influir en los adolescentes e incitarlos a cambiar de género.
Para Maryse Rizza, presidenta de Grandir Trans (Crecer Trans), una asociación que reúne a unas 1,300 familias, es cierto que en las redes sociales puede haber derivas “comunitarias” entre los más jóvenes debido a un puñado de “influencers” radicales.
Pero, un niño no se hace transgénero por un efecto de moda en las redes sociales, recalca.
LOS PADRES
“No se tiene que olvidar que un niño transgénero, es un niño que sufre. Una transición es un proceso, es largo, está dirigido por médicos. Y sobre todo, es duro”, insiste.
Sigolène Couchot-Schiex, investigadora en Ciencias de la Educación en la Universidad francesa de Cergy-Pontoise, afirma que “no existe una relación establecida entre las redes sociales y la transición de género en un joven”.
Más bien sucede lo contrario. Según los estudios que está llevando a cabo con estudiantes de secundaria, las redes sociales “acentúan la referencia a las normas de feminidad o masculinidad” en los jóvenes, mediante el humor, las bromas y a veces el acoso, explica esta especialista en cuestiones de género.
Las redes sociales son “positivas” para la “visibilidad” de las personas trans, y también para las familias cuyos hijos acaban de hacer el “coming-out”, apunta.
Cuando su hijo, nacido con sexo femenino, le anunció que quería ser un niño, hace 8 años, Maryse Rizza se sintió “totalmente perdida”.
Gracias a la cuenta “Agressively trans” de Lexie, una mujer transgénero, “tuve las respuestas a las preguntas que me hacía”, recuerda la presidenta de Grandir Trans. “Ella también me ayudó a contactar a los médicos formados para acompañar a mi hijo y a encontrar las palabras”.