Las inundaciones provocadas por el derrumbe de una represa seguían empeorando ayer miércoles en el sur de Ucrania, donde cientos de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares dentro de una gran operación de emergencia que daba una nueva y dramática magnitud a la guerra iniciada por Rusia hace más de 15 meses.
El fuego de artillería seguía sonando mientras la gente se apresuraba a salir de la zona de peligro en lanchas o camiones militares.
Al día siguiente de que se rompiera la presa, seguía sin estar claro qué lo había provocado. Ucrania acusó a Rusia de volar el muro, mientras que Rusia atribuyó el derrumbe a los bombardeos ucranianos. Algunos expertos dijeron que podría tratarse de un accidente debido a los daños de la guerra y la falta de mantenimiento, aunque otros lo consideraban improbable y alegaron que Rusia podría haber tenido motivos tácticos militares para destruir la represa.
Las autoridades dijeron que esperaban que la fuerza del torrente remitiera a lo largo de la jornada, aunque se estimaba que las aguas aún subirían un metro más (unos tres pies) en las 20 horas siguientes y anegaran más zonas a las orillas del río Dniéper.
La represa hidroeléctrica y el embalse de Kajovka, una de las más grandes del mundo, es esencial para el suministro de agua potable y de regadío a una enorme extensión del sur de Ucrania. Se encuentra en una zona controlada por Moscú desde hace más de un año, donde el río Dniéper separa a los dos bandos.
DESTRUCCIÓN DELIBERADA
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, acusó ayer miércoles a Moscú de “destrucción deliberada” de la represa.
“Cientos de miles de personas se quedaron sin acceso normal a agua potable”, dijo en una publicación en Telegram.
Algunas personas pasaron la noche en los tejados. Otros que trataban de huir fueron evacuados en autobuses y trenes con las pertenencias que podían cargar.
“La intensidad de las inundaciones se reduce ligeramente; sin embargo, debido a la destrucción significativa de la represa, el agua seguirá llegando”, dijo Oleksandr Prokudin, líder de la administración militar en la región de Jersón.
Más de 1,800 casas se habían visto afectadas y casi 1,500 personas habían evacuado, señaló.
La gente se movía con el agua hasta la rodilla en sus casas inundadas. Videos publicados en medios sociales mostraban a rescatistas que llevaban a la gente a lugar seguro y lo que parecía el tejado triangular de un edificio, aún en una pieza y arrastrado río abajo. En un video aéreo se veía el agua llenando las calles de Nova Kajovka, una ciudad controlada por Rusia en la margen oriental del río.
El alcalde de la localidad nombrado por Rusia, Vladimir Leontyev, dijo que había siete personas desaparecidas pero que los primeros indicios indicaban que podrían seguir con vida. Las autoridades en las zonas de la región de Jersón bajo control ruso informaron de 900 habitantes de Nova Kajovka evacuados, 17 de ellos rescatados de tejados de edificios anegados.
EL INTERÉS RUSO
En una opinión sobre quién era responsable del desastre, el Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de estudios con sede en Washington, señaló en su análisis inicial que “los rusos tienen un interés más grande y claro en inundar la zona inferior del Dniéper pese a los daños a sus propias posiciones defensivas”.
Entre especulaciones sobre que Ucrania podría haber iniciado con discreción su anticipada contraofensiva, el centro de estudios dijo que las fuerzas rusas podrían creer que romper la represa podría cubrir una posible retirada y demorar un avance de Ucrania.
Los expertos señalaron que se creía que la estructura, situada unos 70 kilómetros (44 millas) al este de la ciudad de Jersón, estaba en mal estado y era vulnerable a un colapso porque el agua ya estaba rebosando cuando cedió el muro. No producía electricidad desde noviembre, según las autoridades.
El Ministerio británico de Defensa, que ha publicado reportes regulares sobre la guerra, dijo que el nivel de agua en el embalse de Kajovka estaba en “máximos récord” antes de la rotura. Aunque no toda la estructura de la represa había sido arrastrada por las aguas, el Ministerio advirtió que “es probable que se siga deteriorando durante los próximos días, provocando inundaciones adicionales”.
La represa y la central eléctrica proporcionan electricidad, así como agua para regadío y consumo, a una amplia extensión del sur de Ucrania, incluida la Península de Crimea, que fue anexionada ilegalmente por Rusia en 2014.
En un reflejo de las repercusiones globales de la guerra, los precios del trigo se dispararon un 3% tras el derrumbe. Ucrania y Rusia son importantes proveedores globales de trigo, cebada, aceite de girasol y otros alimentos para África, Oriente Medio y zonas de Asia.
Los dos bandos han advertido de un inminente desastre ecológico por las aguas contaminadas, debido en parte a derrames de la maquinaria de la represa. Más tarde, podría faltar agua para regar cultivos porque el embalse se ha vaciado.
Funcionarios de Rusia, Ucrania y Naciones Unidas han señalado que evaluar las repercusiones tomará varios días, y advirtieron de un largo periodo de recuperación.