Investigadores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) trabajan desde 2020 en unos 34 proyectos que abordan prácticamente todas las temáticas ambientales: biodiversidad, conservación, desarrollo sostenible, energías renovables, cambio climático, control biológico y amenazas ambientales en República Dominicana.
A estos proyectos se suman las tesis que publican cada año los estudiantes de la Facultad de Ciencias.
¿Qué se hace con los resultados de estas investigaciones y las que reposan desde hace años en los anaqueles de la institución? ¿Se beneficia la sociedad del trabajo de los científicos dominicanos?
Para el vicerrector de Investigación y Postgrado de la academia, Radhamés Silverio González, el interés que generan actualmente los temas científicos y ambientales es “una oportunidad de mejora para todo el sistema de investigación del país, porque la investigación se desarrolla, se sube a un repositorio, se publica, pero muchas veces la parte aplicada de esa investigación no se llega a concretizar”.
Sin embargo, el especialista en Seguridad Social y Desarrollo y decano de la Facultad de Ciencias en el periodo 2018-2022 asegura que concretizarlo no es solo responsabilidad de la universidad, porque involucra a muchos otros actores.
Así que propone crear un sistema país que permita aprovechar todo el conocimiento que generan las universidades.
“El Estado, de alguna forma, debe de intervenir para sacarle provecho a ese conocimiento generado. Hay proyectos totalmente vinculados de manera directa con la sociedad que tienen su impacto inmediato”.
En ese sistema, considera, no debe faltar el sector privado.
Porque ocurre, por ejemplo, que muchas empresas están interesadas en implementar una investigación pero no cuentan con capital para hacerlo. O quieren la investigación, pero no costearla.
“El concepto de vinculación empresa-universidad forma parte de todo país desarrollado o en vías de desarrollo -nosotros estamos en vías de desarrollo-; no es un tema de debate. Es como si fuera una simbiosis: la universidad le ofrece el conocimiento, la experticia, mientras que las empresas les ofrecen, primero, el dinero para costearlas. Creo que el problema viene por ahí, las empresas quieren investigación pero no quieren costearla”, explica David Hernández Martich, profesor titular e investigador del Instituto de Investigaciones Botánicas y Zoológicas (IIBZ) de la UASD.
“Por eso hablamos de un sistema –agrega Silverio González-, porque el Gobierno puede incentivar eso, ya que incentiva otras cosas. Puede, por ejemplo, otorgar facilidades a las empresas que invierten en investigación”.
Silverio González y Hernández Martich compartieron estas impresiones en el Encuentro Verde de LISTÍN DIARIO.
MUCHOS ESTUDIOS, MUCHAS TEMÁTICAS Y ABORDAJES
Actualmente, los investigadores de la academia abordan en sus proyectos temas relacionados con la probabilidad de sequías prolongadas a consecuencia del cambio climático, el desarrollo sostenible en áreas protegidas, zonas rurales y conos urbanos; el tema de especies invasoras como el caracol gigante africano, el estado de conservación de los moluscos de agua dulce, la recuperación de la colección de equinodermos o la caracterización taxonómica de tardígrados en el país.
También sobre la prevalencia de enfermedades en los arrecifes de coral, la contaminación del aire por metales pesados, el aprovechamiento de especies (como el sargazo o el pepino de mar), el procesamiento de aguas residuales y el potencial energético de, por ejemplo, la corriente marina del canal de la Isla Beata. Y muchos más.
AL SERVICIO DE LA CIENCIA
Silverio González admite que a veces los temas de divulgación de la UASD están más vinculados a asuntos no tanto académicos, pero asegura que la casa de altos estudios tiene mucho interés en divulgar y promover el gran trabajo que hacen sus investigadores.
Señala que la academia trabaja en el desarrollo de un plan para incentivar la investigación en temas ambientales, identificando áreas de prioridad y fomentando la investigación interdisciplinaria.
“Por la definición filosófica que tiene nuestra universidad, hay una parte que prioriza impulsar la defensa de los recursos naturales y del medio ambiente. Eso está expreso en nuestra misión como institución. De ahí surge también ese compromiso de la universidad y de cada uno de sus miembros con la defensa y la preservación de los recursos naturales”.
Para ello, dice Silverio González, la universidad cuenta con estructuras académicas en las áreas docentes, de investigación, extensión, administración y desarrollo institucional, entre ellas la Escuela de Biología, el Centro de Investigación de Biología Marina (Cibima), el Instituto de Investigaciones Botánicas y Zoológicas (IIBZ), el Instituto Geográfico Universitario y el Instituto de Energía de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura.
También los institutos vinculados a la facultad de Ciencias Agronómicas y Veterinarias y una Comisión Ambiental.
El programa interno SOL (Silencio, Orden y Limpieza) cuenta con la colaboración de estudiantes que garantizan el cumplimiento de estos preceptos en los campus universitarios. Muchos estudiantes de este programa forman parte del sistema de beca de estudio y trabajo.
Silverio González comenta que los proyectos de investigación se alinean a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) y a los lineamientos de estos objetivos planteados en la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) y en los requisitos que exige el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt), el principal financiador del país en el área de investigación a través del Fondocyt, para permitir acceder a los fondos.
La UASD es parte de la Red Ambiental de Universidades Dominicanas (Raudo) y está en proceso de ser miembro de la Red Iberoamericana de Medio Ambiente (Reima).
OFERTAS DE ESTUDIOS
A nivel de formación, mantienen vigentes los siguientes programas relacionados con el estudio y conservación del medio ambiente: un doctorado en Medio Ambiente y Sostenibilidad en conjunto con la Universidad Miguel Hernández de España y otro doctorado en Ciencias Agroalimentarias, así como cinco maestrías en Geografía para Educadores, Química Ambiental, Biología para Docentes, Impacto Ambiental con Visión Geográfica e Ingeniería Sanitaria y Ambiental.
La Comisión Ambiental de la UASD, que dirige Luis Carvajal, es una de las entidades mejor valoradas del país en cuanto a la defensa de los recursos naturales.
ALGUNOS RETOS
Contar con un mayor presupuesto para ejecutar las iniciativas sigue siendo el principal reto de la universidad en las áreas de formación e investigación.
Con un mayor presupuesto, dice Silverio González a Listín Diario, implementarían más programas de formación sin importar la cantidad de estudiantes.
“No es lo mismo un grupo de cinco que de 40 estudiantes. Ahora, ¿esos cinco el país los necesita, los requiere, pero tienen un costo? Démosle la oportunidad. Hay que ver la formación en ciencias como un paquete, no por estudiantes, sino porque lo que yo necesite”.
Pese a que la universidad da facilidades e incentivos a los investigadores, admite que estos merecen más.
Un mayor presupuesto permite que se realicen mejoras en el ámbito administrativo y en los procesos de compra.
“Como somos una institución pública nos regimos por el sistema de compras y contrataciones del Estado, y eso tiene su estructura de trasparencia que, de alguna manera, a veces prolonga el tiempo. La UASD garantiza siempre la transparencia en la ejecución de sus procesos. Ejecuta los fondos que llega de manera transparente y con el nivel de rigurosidad requerido. Sin embargo, realmente se necesita mayor facilidades para los investigadores, porque tienen que distribuir la carga entre la docencia y la investigación y tienen que convertirse a veces ellos mismos en gestores administrativos”.
Explica que un componente importante es la adquisición de infraestructura de investigación avanzada, como laboratorios especializados, equipos de monitoreo ambiental, estaciones de campo y bases de datos para apoyar la realización de investigaciones de alta calidad en el ámbito ambiental.
“Debemos aspirar a la creación de un gran Centro de Investigación en Ciencias Ambientales, que sea un eje integrador de las disciplinas actuales y las nuevas a incluir”.