Ladka Mortkowitz / AFP
Praga, República Checa
Cuando Dominika Sokur lleva a sus hijos al parque en Praga, escucha comentarios hostiles contra los ucranianos, que ella supone que son alimentados por la desinformación.
“Cuando venimos al parque infantil la gente dice: ‘ah, llegaron los ucranianos, salgamos de aquí'”, contó Sokur, de 41 años, una mujer checa casada con un ucraniano radicada en Holubice, al norte de Praga.
“Los escucho quejándose de que podemos viajar en bus y visitar el zoológico gratis”, contó.
Las actitudes ilustran el creciente resentimiento contra los refugiados ucranianos en algunos lugares de Europa, que los expertos vinculan con publicaciones falsas en redes sociales sobre los refugiados ucranianos y los beneficios que reciben.
“Incluso mi padre de 65 años, quien no es prorruso y apoya a Ucrania, me pregunta qué es esto de los ‘nazis ucranianos’. La desinformación está por todas partes”, lamentó Sokur.
Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero, los países europeos han recibido casi seis millones de refugiados, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Países como República Checa, Polonia, Rumanía y Eslovaquia abrieron sus fronteras, casas y billeteras para ayudar a quienes huían de la guerra.
Pero la inflación rampante en Europa del Este creó un sentimiento de temor económico que alimenta a la desinformación, que retrata a los refugiados como ingratos que le desvían recursos que corresponden a personas del lugar que los necesitan.
– Desinformación transfronteriza –
De Varsovia a Bucarest, las redes sociales están inundadas con imágenes de autos de lujo con placas ucranianas y sin fuente, y reclamos anónimos de que ucranianos de aspecto opulento hacen fila para recibir ayuda gubernamental.
Los comentarios expresan resentimiento y enojo contra los políticos que supuestamente ayudan a los ucranianos en lugar de cuidar a su propia población.
Los reclamos en línea varían de un país a otro, pero llevan el mismo mensaje de fondo: los ucranianos “nos están quitando” los recursos.
“Los refugiados siempre son mencionados en el contexto de migrantes que no trabajan y esperan recibir beneficios, autos de lujo y el llamado ‘turismo de salud o beneficencia'”, indicó en su informe de junio Czech Elves, una red de voluntarios que monitorea la desinformación en redes.
En Polonia, por ejemplo, un artículo reciente en un blog conocido por propagar desinformación publicó falsamente que los refugiados ucranianos recibían vales gratuitos de compras mientras polacos pobres no tenían nada.
En Rumanía, un mensaje en Facebook decía que “90% de los que cruzan la frontera son gente pudiente, quienes pueden pagar un soborno de 1.000-1.500 euros a la aduana ucraniana para venir donde nosotros”.
En República Checa, que ha aceptado el mayor número de refugiados per cápita, un mensaje viral falso señaló que una familia ucraniana de cuatro puede obtener hasta 90.000 coronas (unos 3.800 dólares) mensuales en ayuda, mucho más que el ingreso de una familia promedio checa.
Contrario a los estereotipos compartidos en redes sociales, la mayoría de los ucranianos comienza a buscar empleo al llegar a República Checa y suelen aceptar trabajos en la construcción, salud o limpieza, según datos de la oficina laboral checa.
– Aprieto económico y resentimiento –
Es difícil identificar a quienes propagan la desinformación dirigida a los refugiados ucranianos, pero estos mensajes a menudo aparecen en cuentas ligadas a partidos de extrema derecha.
Según Gesine Schwan, profesora de ciencias políticas y excandidata presidencial del Partido Social Demócrata (SPD) alemán, el fomento del sentimiento antiucraniano lleva el sello de la propaganda rusa.
“Rusia es extremadamente hábil en tomar algo que ocurrió y malinterpretarlo de manera que genere resentimiento”, dijo a AFP Schwan, quien ha escrito ampliamente sobre refugiados.
El presidente ruso, Vladimir “Putin sabe que la guerra que libra ha provocado indignación moral, así que intenta justificarlo al retratar a los ucranianos como los que son moralmente deficientes”.
Hasta ahora, el impacto de esta propaganda y desinformación ha sido limitada, pero eso puede cambiar rápidamente al agravarse la situación económica, advirtió Nikola Horejs, director de asuntos internacionales del centro de investigación sociológica STEM, con sede en Praga.
La investigación de STEM revela que el apoyo a Ucrania, aunque sigue elevado, ha decrecido rápidamente en las últimas semanas entre los 10,7 millones de habitantes de República Checa, indicó.
“Hay un gran temor entre la gente de que este éxodo va a arruinar a nuestros países”, explicó Horejs.
“La desinformación se ha ajustado. Su narrativa ya no es que Putin es bueno y que la guerra no existe. El principal tema ahora es que los gobiernos no atienden los problemas económicos de la gente, sino que ayudan a los ucranianos”, señaló.