AGENCIA AFP
Fiscales de Kenia anunciaron el martes que pretenden acusar de terrorismo y asesinato al líder de una secta evangélica y otras 94 personas por la muerte de 429 de sus seguidores, a los que incitó a morir de hambre.
El autodenominado pastor Paul Nthenge Mackenzie es acusado de incitar a sus seguidores a morir de hambre para “encontrar a Jesús”, en un caso que conmocionó al mundo.
Mackenzie fue detenido en abril del año pasado luego de que se encontraron cadáveres en un bosque cerca de la costa del océano Índico. Su detención preventiva fue prolongada varias veces a lo largo del a investigación.
“Tras un análisis profundo de la evidencia, el director de procesos penales está satisfecho de que hay evidencia suficiente para enjuiciar a 95 sospechosos”, indicó la fiscalía en un comunicado.
La semana pasada, un tribunal le dio a la fiscalía 14 días para presentar cargos contra el ex taxista o tendrían que liberarlo.
Mackenzie y los otros acusados enfrenan 10 cargos, incluyendo asesinato, homicidio involuntario y terrorismo.
También se les acusa de “someter a niños a la tortura“, según la fiscalía.
No quedó claro cuándo los 95 acusados deben comparecer en la corte, pero la fiscalía indicó que pretende “procesar el caso en forma expedita”.
Las autopsias revelaron que la mayoría de las víctimas murieron de hambre mientras otros, incluyendo niños, habrían sido estrangulados, golpeados o asfixiados.
Hasta la fecha se han encontrado 429 cadáveres.
Los macabros hallazgos llevaron al gobierno a plantear la necesidad de establecer mayores controles sobre denominaciones religiosas, en un país con una historia de pastores autoproclamados.
Kenia, un país mayoritariamente cristiano, ha luchado por regular a las iglesias y cultos involucrados en la criminalidad.
Existen más de 4.000 iglesias registradas en el país de África Oriental de 53 millones de habitantes, según cifras oficiales.