Si la disposición de Donald Trump de imponer alzas arancelarias a México, Canadá y China se mantiene, el costo de corto plazo probablemente caerá sobre los consumidores y empresas de los Estados Unidos, que serán quienes sufrirían incrementos en los precios de productos importados y verían reducirse el poder adquisitivo, en opinión del economista de la firma Pareto, Rolando Guzmán.
“En particular, la medida podría elevar los precios de la energía, autos y alimentos en el mercado de los Estados Unidos. Muchas estimaciones recientes destacan justamente el impacto inflacionario de esos productos, y de la disrupción en las cadenas de producción, sobre la inflación que siguió a la pandemia del Covid”, indicó. Aduce que ese canal inflacionario cobraría de nuevo importancia. La presión sobre la inflación complicaría los esfuerzos de la Reserva Federal para mantener la estabilidad de precios. Y, de hecho, la situación combinaría presión inflacionaria con menor productividad.
Al presidente de la FED le esperan nuevas noches de insomnio, afirma.
Implicaciones para RD
A juicio del economista Guzmán, es claro que las dificultades de México crean condiciones para que el país acabe atrayendo mayores inversiones, a medida que los productores prefieran exportar a Estados Unidos desde aquí, en un típico caso de desvío de comercio. Eso también conllevaría un aumento en el potencial exportador dominicano.
“Sería una implicación típica de la estrategia de “divide y vencerás”: el problema de uno puede ser la ganancia de otro, en beneficio de un tercero”.
Pero también pagaríamos un costo, agrega, puesto que el consumidor dominicano podría enfrentar mayores precios en sus importaciones desde Estados Unidos, y la necesidad de controlar inflación en ese país podría llevar a nuevas alzas en las tasas de interés.
Además, el país enfrentaría presiones en otros mercados, porque México y Canadá tendrán que diversificar sus destinos e intensificar su presencia en países donde RD tiene presencia. “En general, el balance de la medida me luce negativo para todas las partes. Si la estrategia de Trump se mantiene y se extiende, el entorno comercial sea más impredecible y se reducirá nuestro potencial de crecimiento económico a largo plazo”, señala Guzmán.
Oligopolio
Para Guzmán, resulta difícil analizar las implicaciones de la imposición de aranceles a México y Canadá, porque los resultados dependen del horizonte temporal y de las respuestas de los demás países.
Considera que la medida puede ser parte de una estrategia de negociación para obtener concesiones comerciales o políticas, y que probablemente son distintas a las que se han expresado hasta el momento.
Al suponer que la medida tenga intención real de mantenerse hasta las últimas consecuencias, ¿tiene algún sentido económico?, Guzmán estima que en principio, el uso de aranceles no es descabellado en el caso de una economía de gran tamaño, que puede influir en los términos de intercambio y mejorar potencialmente su posición comercial, porque el tamaño da un poder oligopólico que permite imponer tarifas y hacer que otros paguen absorban el costo.
No obstante, cree poco probable que los demás países no tomen represalias y se pueda iniciar una guerra comercial como en los años 30, cuando se impuso la Ley Smoot-Hawley, llevó a una contracción del comercio internacional y agravó la crisis económica de ese momento.
Sepa más
Rolando Guzmán:
En el mediano plazo, el economista Rolando Guzmán ve que hay dos momentos posibles en las medidas de Trump.
Por un lado, dice, los productores de México y Canadá podrían verse forzados a reducir sus precios, y otros países aumentarían su oferta al mercado de Estados Unidos.
A su juicio, eso aliviaría la presión inflacionaria en ese país, porque trasladaría el costo de la medida a los productores de otros países. “Sería un triunfo para el Gobierno de Trump y casi seguro motivará otras medidas similares”, agrega.
Rolando M. Guzmán es Ph.D en Economía y Master en Matemáticas por la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y Master en Economía Cuantitativa por la Universidade Federal do Rio Grande do Sul y Fundacao Getúlio Vargas en Rio de Janeiro, Brasil.
Su experiencia de trabajo abarca posiciones gerenciales públicas y privadas. Actualmente, Guzmán es director ejecutivo del Grupo de Consultoría Pareto (GCPareto) y docente del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, universidad de la que fue Rector durante el periodo 2011-2020.