Haitianos que lograron penetrar ayer hacia territorio dominicano a comprar productos en el mercado fronterizo fueron interceptados al regresar a su territorio por las autoridades de la comunidad de Anse-a-pitre, quienes destruyeron y pisotearon todas sus cargamentos.
Una fuente informó que esos haitianos suelen cruzar a Pedernales violando las reglas de las autoridades de Haití, pero cuando regresan, incluyendo mujeres con poncheras en la cabeza con ropa para vender y productos agrícolas para subsistencia, son maltratados cuando los sorprenden.
Ayer estaba tradicionalmente establecido el mercado fronterizo y fueron vistos algunos haitianos que viven en sectores agrícolas de la zona cafetalera de Pedernales y de la costa sur con Enriquillo y Paraíso, vendiendo como de costumbre productos agrícolas en el mercado municipal, así como ropas usadas y calzado.
Los dominicanos y los haitianos están divididos cada cual en los mercados municipales de Pedernales y de la comunidad haitiana de Anse-a-pitre, en los cuales se vislumbra una baja demanda y la preocupación ante la escasez de productos alimenticios.
Haitianos consultados entienden que no se van a dejar morir de hambre, aunque otros que están en contubernio con las autoridades aseguran que no se doblegarán por el cierre de la frontera, sobre todo de su territorio donde no permiten abrir el portón de salida.
En las últimas horas también los extranjeros para poder regresar a su país por este lado de la frontera han tenido que cruzar por un riachuelo que divide ambos lados, el cual ha registrado una crecida debido a las últimas lluvias que han ocurrido en la zona cafetalera.
Registro biométrico
Mientras tanto el Centro Biométrico que funciona aquí mantiene el registro de los escasos extranjeros que llegan voluntariamente de regreso a su país.
Además, tratando de cumplir con las deportaciones, las autoridades de la Dirección General de Migración, auxiliadas por militares continúan deteniendo algunos haitianos indocumentados, los cuales son transportados en una camioneta hacia el re cinto del Batallón del Ejército, para luego ser devueltos a Haití por la puerta de acceso.
Esta acción es criticada por algunos vendedores dominicanos que entienden en muchos casos son padres de familias del vecino país, que tratan de vender productos agrícolas y comprar otras mercancías que luego llevan a escondidas a su territorio.
También se mantiene inalterable la vigilancia pese al cierre de la frontera, a través de soldados del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestres (Cesfront) y el Ejército dominicano.
Mientras que en aguas territoriales del mar Caribe puede observarse con frencuencia una embarcación perteneciente a la Armada Dominicana.
El país y Haití mantienen un conflicto fronterizo, debido a la decisión unilateral de sectores haitianos de realizar un canal en el río Masacre, que nace en nuestro territorio en la fronteriza provincia de Dajabón, así como por el alto grado de inseguridad que han impuesto pandillas armadas en ese territorio.