La educación inicial es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo humano. Esta etapa sienta las bases del aprendizaje e impacta directamente en el bienestar emocional y la capacidad de los niños y niñas para relacionarse con el mundo.
Los primeros años de vida son críticos en el desarrollo del cerebro, y las experiencias que se viven durante ese tiempo tienen efectos duraderos en la salud, el aprendizaje y la conducta (Unesco, 2024).
En este sentido, los profesionales de educación inicial desempeñan un rol profundamente transformador. Su labor no se limita a la transmisión de conocimientos; construyen entornos seguros, promueven la autoestima y modelan valores que acompañarán al niño a lo largo de su vida.
Una relación afectiva estable con educadores sensibles y preparados favorece el desarrollo de la autorregulación emocional y potencia el aprendizaje temprano.
Sin acceso a una educación inicial de calidad, bien pensada e intencional, niños y niñas ven limitadas sus oportunidades de desarrollo integral y se obstaculiza el progreso social hacia una vida más justa y equitativa.
Ejercer esta profesión con excelencia requiere de una formación sólida y pertinente que prepare al profesional para liderar, innovar y responder a los desafíos educativos del presente y los que se avecinan.
Este, precisamente, es el enfoque de la Licenciatura en Educación Inicial de la Universidad Iberoamericana, Unibe: formar educadores con sensibilidad y compromiso social, comprometidos con la calidad y capaces de contribuir a la transformación y excelencia educativa local y global.
Vínculo con la comunidad
El programa capacita a sus estudiantes en áreas como la neuroeducación, estimulación temprana, atención a la diversidad, liderazgo educativo y el uso de la tecnología en la enseñanza. Uno de sus aspectos más enriquecedores es el vínculo con la comunidad.
Los estudiantes tienen la oportunidad de participar activamente en espacios de formación y acompañamiento a centros educativos, donde brindan talleres, capacitaciones y orientación a docentes, familias y equipos institucionales.
Como parte de su proceso académico, experimentan el diseño y aplicación de propuestas de mejora dirigidas a optimizar procesos como la planificación pedagógica, la estimulación temprana o sensorial, y el uso y manejo de recursos educativos, lo que les permite aprender desde contextos reales y, al mismo tiempo, aportar valor a su entorno.
En esta casa de altos estudios, todo esto se enriquece con experiencias internacionales, gracias a convenios con universidades de América Latina, Europa y Estados Unidos, así como alianzas locales con entidades como el MINERD y CAID, entre otras. Realizan prácticas profesionales en centros escolares de prestigio y participan en actividades curriculares innovadoras, como la Jornada de Prevención del Abuso Infantil y el Día de la Alfabetización.
Sus egresados son reconocidos por el compromiso ético, el liderazgo y su capacidad para innovar. La alta tasa de empleabilidad al momento de graduarse (98 %) refleja la pertinencia de su formación y la confianza del sector educativo. El campo ocupacional de estos profesionales ha evolucionado notablemente.
Además del ejercicio docente, hoy encuentran oportunidades en la gestión de programas para la infancia, el diseño de materiales didácticos, en investigación, asesoría institucional, trabajos con ONGs y en la incidencia en políticas públicas.
Formar desde la raíz no es solo una metáfora; es una responsabilidad que en Unibe se asume con seriedad y pasión. Invertir en la Educación Inicial es sembrar esperanza donde todo comienza, porque quien transforma la infancia, transforma el mundo.