La terminal de “voladoras” que cubre la ruta Santo Domingo- San José de Ocoa, estaba abarrotada de personas. El reloj no marcaba las cinco de la tarde cuando el expreso salió del parque Independencia con casi todos sus asientos ocupados.
Aunque las festividades navideñas ya culminaron, en Ocoa continúan las fiestas en este mes de enero debido a la celebración de las patronales de la Virgen de La Altagracia. Estas fiestas son consideradas por muchos como “las mejores del país”.
Algunos ocoeños residentes en Santo Domingo y visitantes desde otras provincias aprovecharon el fin de semana para disfrutar de las referidas conmemoraciones.
“Los asientos de la cocina están llenos”, fue la expresión que utilizó el cobrador Juan de la Cruz para indicarle, a dos pasajeras que iban entrando al autobús.
Una señora que abordó el autobús en la Av. Correa y Cidrón no encontró asiento disponible y aunque muy molesta por tener que ir parada durante todo el trayecto, expresó su deseo de llegar rápido a su destino.
La mayor concentración de pasajeros ocurrió en la parada conocida popularmente como “Pintura”, cuando los viajeros que esperaban el transporte con la esperanza de que encontrarían un espacio querían entrar y solo unos cuantos con mucha agilidad lograron hacerlo.
El ómnibus siguió su rumbo hasta llegar a su destino con los pasillos repletos de pasajeros.
La terminal de “voladoras” que cubre la ruta Santo Domingo- San José de Ocoa, estaba abarrotada de personas. El reloj no marcaba las cinco de la tarde cuando el expreso salió del parque Independencia con casi todos sus asientos ocupados.
Aunque las festividades navideñas ya culminaron, en Ocoa continúan las fiestas en este mes de enero debido a la celebración de las patronales de la Virgen de La Altagracia. Estas fiestas son consideradas por muchos como “las mejores del país”.
Algunos ocoeños residentes en Santo Domingo y visitantes desde otras provincias aprovecharon el fin de semana para disfrutar de las referidas conmemoraciones.
“Los asientos de la cocina están llenos”, fue la expresión que utilizó el cobrador Juan de la Cruz para indicarle, a dos pasajeras que iban entrando al autobús.
Una señora que abordó el autobús en la Av. Correa y Cidrón no encontró asiento disponible y aunque muy molesta por tener que ir parada durante todo el trayecto, expresó su deseo de llegar rápido a su destino.
La mayor concentración de pasajeros ocurrió en la parada conocida popularmente como “Pintura”, cuando los viajeros que esperaban el transporte con la esperanza de que encontrarían un espacio querían entrar y solo unos cuantos con mucha agilidad lograron hacerlo.
El ómnibus siguió su rumbo hasta llegar a su destino con los pasillos repletos de pasajeros.