El Centro Educativo Cristo Rey, ubicado específicamente en la Prolongación Tiradentes, carga consigo una construcción pendiente que ha puesto en riesgo la seguridad de aproximadamente 600 estudiantes.
Fue a finales de 2023 cuando el gobierno llegó a esta escuela para dar el primer picazo de una ampliación de sus aulas que para este nuevo año escolar 2024-2025 ya estaría listo su primer nivel, algo que solo quedó en una promesa.
Hoy en día los estudiantes se encuentran en las más precarias condiciones, los trabajos están justo en la cancha de las escuelas, lo que les ha impedido salir a recrearse y realizar sus actividades deportivas. Hasta para beber alguna se les dificulta, pues el bebedero está justo detrás de la cancha, “Al bebedero casi no nos dejan entrar mucho porque se acumula mucha gente”, fueron las palabras de una de las estudiantes del Centro.
Esta obra, según explicó uno de los padres de dos estudiantes de este centro, Yuly Mármol, tiene como fin la construcción de 12 nuevas aulas y un pabellón y en el lugar solo se ha hecho la división del terreno, ¿cuál es la razón? “La constructora dice que no le han depositado”, dijo.
“Nos preocupa que un niño se ahogue ahí. El Ministerio de Educación que atiendan este llamado”, manifestó Mármol.
El lugar estaba tapado con pedazos de zincs y tablas, pero el lunes, debido a las lluvias y fuertes vientos, se derrumbaron quedando sumergidos en el agua, según relató otra madre, Yokasta Payano, quien también expresó que no se podía pasar.
Destacó que los menores que residen en los alrededores del centro se vuelvan por la verja que está en las paredes para “bañarse” en el agua que se acumula, sin importarles el riesgo de contraer alguna enfermedad.
“Ahora le van a poner una malla de tela, pero sabemos que en dos semanas se pudre”, comentó Payano.
Al momento en que el zinc cayó fue alrededor de las 8:00 de la mañana, justo después de que los estudiantes izaron la bandera y cantaron el Himno Nacional.
“Tuvimos que dividir las aulas, coger la dirección, la sala de informática también la dividimos en dos aulas”, agregó la madre desesperada.
En la escuela también reside un grupo de monjas, quienes se vieron en la necesidad de poner a disposición sus casas para que los estudiantes puedan ocuparlas en las mañanas y recibir clases.
Este Centro Educativo ha estado en funcionamiento durante muchos años y por la promesa de que se iba a habilitar el primer nivel, alrededor de 400 estudiantes se quedaron fuera.
Los padres, por el temor que representa la construcción, colaboran con los maestros para monitorear la escuela y evitar alguna tragedia con los estudiantes.
Desde las 7:20 de la mañana, que es cuando inicia la docencia, hasta la 4:00 de la tarde, se mantiene en el centro porque hay ocasiones en las que “los profesores tienen que salir de las aulas cuando van al baño por el peligro de la situación”.
Para el próximo miércoles los padres y profesores harán un paro de la docencia y realizarán una protesta pacífica en reclamo de esta reconstrucc