AGENCIA EFE
Tokio
Las autoridades locales de la prefectura de Ishikawa, epicentro del fuerte terremoto de Año Nuevo en Japón, empezaron hoy la construcción de un centenar de viviendas temporales para personas cuyas residencias resultaron dañadas por el seísmo.
El Gobierno local ha anunciado el levantamiento en el marco de un mes de 115 casas temporales en cuatro puntos de Wajima y Suzu, las dos ciudades más afectadas por el temblor de magnitud 7,6 del pasado 1 de enero, que ha dejado centenares de infraestructuras y viviendas destruidas o dañadas y cuyas víctimas mortales se elevan a 215.
En las mencionadas Wajima y Suzu se ha producido el mayor número de muertes, 83 y 98, respectivamente, según el último balance oficial publicado este viernes.
Del total de fallecidos, 14 corresponden a personas que, si bien no perdieron la vida directamente por el terremoto, su muerte se ha vinculado con el desastre, especialmente con el deterioro de su salud a raíz del mismo y algunos asociados a la evacuación en sí.
Aún hay unos 24.000 desplazados cerca de dos semanas después del seísmo y hoy continuaba la búsqueda de 28 desaparecidos.
Los serios daños en infraestructuras, carreteras y vías de acceso mantienen además a unas 2.500 personas aisladas en varias zonas.
Las Fuerzas de Autodefensa japonesas (Ejército) lograron evacuar con éxito en helicóptero en la víspera a los 122 residentes de dos comunidades montañosas de Wajima, muchos ancianos, que quedaron aisladas por un deslizamiento de tierra que bloqueó el acceso, según detalló hoy el diario Yomiuri sobre la operación, apresurada, por la previsión de lluvias torrenciales en la zona para el fin de semana.
Está previsto que el próximo lunes comience la construcción de 60 viviendas temporales adicionales en las ciudades de Noto y Anamizu, situadas también en la prefectura de Ishikawa, la más damnificada entre las afectadas por el terremoto de la península de Noto.
Las viviendas temporales, que habitualmente consisten en módulos prefabricados, son competencia de los gobiernos locales y se ponen a disposición de los desplazados libres de cargos durante dos años o hasta que encuentren un alojamiento alternativo.
Otros municipios han comenzado a aceptar solicitudes de afectados que buscan encontrar alojamiento en viviendas privadas en alquiler, cuyos montos estarán sufragados por la administración pública.
Las autoridades se están apresurando a reubicar a los desplazados desde los más precarios centros de evacuación hasta alojamientos más cómodos, como hoteles, como parte de los esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de los afectados, que han estado experimentando carencias de suministros, comida y agua.