Los precios del petróleo cayeron ayer debido a Arabia Saudita, que bajó bruscamente sus tarifas para reposicionarse frente a la competencia en un mercado carente de certezas.
El barril de crudo Brent para entrega en marzo bajó 3.34%, a 76.12 dólares y el West Texas Intermediate (WTI) estadounidense para entrega en febrero cedió 4.11%, a 70.77 dólares.
Según un documento comunicado a la AFP, Aramco, la petrolera nacional saudí, prevé reducir sus precios en dos dólares por barril en febrero para sus clientes asiáticos.
La tarifa propuesta es ahora sólo 1.5 dólares por barril superior a la de Dubai, la referencia para el mercado asiático, la menor diferencia desde noviembre de 2021.
Para Susannah Streeter, de la financiera Hargreaves Lansdown, es una señal de que “Arabia Saudita está viendo cómo se ralentiza la demanda”.
“Esto parece una advertencia, probablemente dirigida a otros productores, ya sean Rusia o Estados Unidos, pero también a los que rechazaron los recortes de producción (en la última reunión de la Opep) o que no cumplen sus compromisos de reducción”, comentó Robert Yawger, de Mizuho.
Hasta ahora, el reino había recortando su producción en unos dos millones de barriles diarios desde otoño de 2022 para sostener los precios, cuando otros se mostraban reticentes. “Los saudíes están cansados de hacer todo el trabajo”, dijo Robert Yawger.
Este giro recuerda al de 2014, cuando Riad inundó repentinamente el mercado, en particular para contrarrestar la emergencia de Estados Unidos y el auge del petróleo de esquisto. El precio del WTI acabó cayendo hasta los 26 dólares a principios de 2016.
“No creo que se llegue en una guerra de precios, pero la hipótesis es más factible hoy que el viernes”, argumentó Robert Yawger. “Están perdiendo la paciencia”, añadió.