La historia de la judicatura dominicana no puede ser escrita por ningún historiador marginando al Colegio de Abogados de la República Dominicana (CARD). Sería un grave error histórico pretender narrar el desarrollo del sistema judicial sin reconocer el rol determinante que ha jugado el CARD en su fortalecimiento institucional.
Desde la gestión de Fernando Hernández Díaz hasta los presidentes que he mencionado en otras ocasiones, todos asumimos con firmeza la responsabilidad de consolidar el Colegio de Abogados como un actor esencial del Estado de derecho.
Si hoy en el país existe una justicia con mayor independencia, eso se debe —como bien ha señalado el Dr. Deomedes Olivares— a las luchas y acciones encabezadas por el Colegio de Abogados. Estuvimos ahí, en primera línea, junto a figuras emblemáticas como Fernando Hernández Díaz, José “Babado” Torres, Miguel de la Rosa, Frank García Fermín y otros presidentes extraordinarios que honraron su paso por la institución.
En el marco de esas luchas históricas, llegamos incluso al despacho del presidente de la Internacional Socialista, el doctor José Francisco Peña Gómez —quien, entre tantos méritos, fue un firme defensor de los derechos humanos y denunció la matanza de 1937—, para solicitarle apoyo en nuestra demanda de independencia plena del Poder Judicial. Esa fue una batalla que nació en el Colegio de Abogados y que hoy sigue vigente como legado de compromiso democrático.