Casi 300 personas mueren cada día en Estados Unidos por sobredosis. Una cada cinco minutos, más de 110.000 al año, de acuerdo a los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Detrás de la mayoría de estas muertes (dos de cada tres) se encuentra el fentanilo, un poderoso opioide sintético. Esta epidemia se extiende a lo largo y ancho del país y ha llegado también a las principales ciudades y a lugares tan emblemáticos como Hollywood.
Los adictos al fentanilo deambulan como si se tratara de zombis. Casi todos, comparten la misma descripción: miradas perdidas, expresiones ininteligibles y andar errático. También están los que yacen en el suelo, incapaces de moverse. Estas drogas han impactado de lleno en la sociedad estadounidense y sus efectos se pueden ver en casi cualquier calle del país. Y eso incluye también los lugares más turísticos.