En una jornada cargada de simbolismo y fervor patriótico, la Catedral de Barcelona fue el escenario de una misa conmemorativa en honor al 180º Aniversario de la Independencia de la República Dominicana, celebrada con solemnidad el pasado domingo 25 de febrero. El sacerdote y canónico emérito, Sr. Josep M. Martí Bonet dirigió la homilía, resaltando el compromiso de la comunidad dominicana y la trascendental importancia histórica de la Iglesia de Santo Domingo, primera en América, subrayando la significativa contribución del país a la historia de la Iglesia Católica.
Posteriormente, las celebraciones continuaron con la ofrenda floral al busto de Juan Pablo Duarte y Diez. Este momento, contó la participación activa del Cónsul General, Sr. Antonio Gómez, Sr. Rómulo García, representante del Instituto de los dominicanos y dominicanas en el Exterior (INDEX), quienes estuvieron acompañados del Sr. Lorenzo Sancassani, vicecónsul, Sra. Marlene Guerrero, vicecónsul, Sr. Rafael Cabral, vicecónsul, Sra. Maribel Mañón, auxiliar consular, Srta. Yamell Zamora, auxiliar consular y Srta. Paulette Antigua, en representación de ProDominicana. Así mismo, hicieron acto de presencia miembros destacados de la comunidad y las asociaciones radicadas en la comunidad, acto que sirvió para reivindicar la importancia de nuestros Padres de la Patria en la memoria colectiva dominicana.
La jornada culminó en el municipio de L’Hospitalet de Llobregat con un animado evento familiar y lúdico, donde la comunidad dominicana en Cataluña, Andorra y Aragón se unió para celebrar el 180 aniversario de la Independencia Dominicana. Los talentosos artistas, como Andrés Ángeles “A Palo Limpio”, Joelis Méndez “El Potrillo”, Keidy Méndez y DJ Cambumbo, ofrecieron vibrantes interpretaciones de los ritmos merengue y bachata, ambos declarados patrimonios inmaterial de la humanidad por la UNESCO.
En la apertura del encuentro, el Cónsul General, Sr. Antonio Gómez, resaltó la necesidad e interés de preservar la dominicanidad y compartir con entusiasmo la rica herencia cultural en la comunidad que les acoge. Este evento no solo fue un recordatorio de nuestra historia, sino también una destacada oportunidad para fortalecer la identidad comunitaria y celebrar con orgullo y alegría nuestra dominicanidad.
