Eran cerca de las 11:00 de la mañana y ya había un grupo considerable de niños, niñas y adolescentes sentados en las pocas sillas buenas que quedan en las gradas de la cancha de basquetbol del Club Deportivo María Auxiliadora, del sector que lleva ese mismo nombre, en la circunscripción tres del Distrito Nacional.
Todos estaban ansiosos por empezar a jugar. Se notaba en las discusiones sobre el deporte y jugueteos que tenían entre ellos, pero sus prácticas estaban paralizadas porque debían esperar a que llegara el instructor ese domingo temprano y que terminara el encuentro que tenía lugar en el mismo centro de la cancha: “Listín en el barrio”, que encabezaba el director del periódico Miguel Franjul, el subdirector Fabio Cabral y Juan E. Thomas, editor en jefe. Horas antes, cuando el equipo llegó al complejo deportivo, la primera impresión causó conmoción.
Esto, porque aunque por fuera una pintura fresca en sus paredes da la impresión de un intento de mantenimiento, esta apariencia no logra disimular el deterioro generalizado que se siente, apenas se pone un pie dentro del principal centro comunal de este barrio.
“Tiene 28 años sin el mantenimiento correspondiente, agregando los 11 que duró secuestrado por unos amigos”, dijo Danes Féliz, uno de siete dirigentes del club fundado el 5 de febrero de 1972.
SALÓN TECHADO SE CAE
A la fecha, unos 350 atletas practican las disciplinas del básquetbol, voleibol (femenino y masculino), boxeo y taekwondo, según indicó el joven Marcos Aquino, quien es secretario de deportes del club. Dos de estas cuatro disciplinas se realizan en el salón techado Luis Brito Betancourt.
En este salón el panorama es desolador. La cancha, que una vez fue reluciente, hoy es un criadero de palomas, que han esparcido su excremento por doquier. Los jóvenes atletas están teniendo dificultades para desarrollar sus habilidades deportivas encima de las tablas de la cancha porque están podridas.
Expresaron que jóvenes, con sueños y que son aficionados al deporte, no pueden practicar dignamente, e incluso, “nuestros atletas iban a participar en un torneo y nos desligaron porque entendían que no teníamos las destrezas, pero no podemos hacer que nuestros atletas tengan mejor rendimiento cuando estamos al borde del colapso de nuestra infraestructura”, manifestó Aquino, agregando que fue un hecho que causó gran desilusión.
Las gradas están corroídas por el óxido, los asientos están rotos, llenos de excremento de palomas y peligrosamente inestables (algunos asientos no están y los peligrosos clavos y varillas están al aire).
Sin electricidad las luces de las canchas cuelgan inertes, muchas de ellas rotas, así como también los anotadores que en algún momento prendían luces que titilaban.
Las barras de metal que sujetan el techo de aluzinc están en franco deterioro y “cuando llueve tenemos que paralizar las prácticas por las filtraciones”, dijo Aquino. Las paredes cubiertas de suciedad cuentan los años de abandono. El grafiti descolorido se mezcla con manchas de humedad, mugre y telas de araña. Además, hay mucha maleza en los alrededores.
GRAVES CARENCIAS
“En época escolar las niñas vienen directamente de su escuela porque les fascina y se identifican mucho con el deporte. Ellas entran el uniforme en su mochila y cuando llegan se cambian, pero aquí no hay baños ni vestidores”, relató Aquino.
El hecho de que no haya vestidores para las y los deportistas es un tema de preocupación. Explicó que “las niñas necesitan su espacio personal, por un tema también de su ciclo menstrual”.
Un pequeño espacio donde el piso está cubierto de cartones y sin una puerta, es el que está siendo utilizado. Allí hay un cúmulo de desechos. El lugar desprende un fuerte olor a orinas y se observa como el líquido sale fuera.
También, el secretario de Deportes del club indicó que con una sola pelota de basquetbol, tienen que darle clases a siete categorías diferentes, es decir, no tienen la utilería (uniformes, mallas, pelotas de voleibol, guantes de boxeo, entre otros).
“Nosotros mismos tratamos de que estén los uniformes con las colectas… a veces la compramos nosotros a algunos amigos que nos venden a bajo costo, pero llegan”, dijo el presidente del club.
Igualmente, tampoco tienen instructores designados por el Ministerio de Deportes ni personal de mantenimiento y de seguridad.
INCUMPLIMIENTOS
Por otro lado, Féliz puntualizó que no están recibiendo la subvención que otorga la Ley 122-05 sobre Regulación y Fomento de las Asociaciones Sin Fines de Lucro.
“Antes de nosotros entrar tenía asignado unos RD$30,000, cosa que nunca se hizo ni pasó y nos compete ahora luchar para el club, lo integren al presupuesto”, contó.
Asimismo, narró que ha habido intenciones del Estado de remozarlo. De hecho, a inicios de 2023 hubo reuniones para su adecuación, sin embargo, solo quedó la intención “y ellos tienen la documentación”.
“El club está cayéndose a pedazos, las instituciones que les compete el mantenimiento no pasan por aquí y si no hay deporte, la delincuencia sube, porque los muchachos se van a tirar a la calle, porque no tienen nada que hacer”, manifestó Féliz.