Ángel Lockward
Santo Domingo, RD
Los estudios del mercado electoral de este año revelan dos hechos que, si bien pueden cambiar, tienen que producirse eventos de alguna significación. El primero de estos es que Luis Abinader, luego de dos años y 4 meses, encabeza –seguido de Leonel Fernández– las preferencias electorales para un segundo mandato; el segundo, que el ambiente es confuso para los partidos políticos: a) el PRM que renovó su dirección sin contienda ni crecimiento interno, no exhibe una maquinaria electoral y su candidato tendrá que apoyarse en el Gobierno – cuya imagen ya no es tan buena–, b) el PLD que se renovó, sin aumentar su registro de militantes, presenta la mejor maquinaria y, c) la FP que ha incrementado su militancia en forma considerable, todavía tiene una estructura débil.
Las elecciones municipales se presentan nebulosas debido a esa situación de los partidos – con pocas lealtades – y a la poca presencia de líderes locales destacados, el principal de los cuales, Abel Martínez, se presenta en el plano nacional; la pasada contienda del 2020 no es un instrumento de medición útil debido a que en ella se produjo un clivaje con la posposición de las elecciones que afectó al PLD –ya fracturado por la salida de su líder– y las alianzas, de momento, poco naturales que se dieron en PRM y la FP.
Las políticas públicas de los primeros dos años tendentes a enfrentar la pandemia, salvar el año escolar, reactivar la economía y perseguir la corrupción, hoy, no figuran en la agenda de la gente en los primeros lugares; aunque en su momento, conectaron al Presidente y le dieron dos años de una buena aprobación, en el 2023 tienen poco efecto y en algunos casos, ya no se perciben bien: el covid pasó, el entonces ministro de educación ahora es –injustamente– un parias partidario, el manejo de la economía, con un buen crecimiento del PIB este año, de un 5%, la gente lo mide a través de la inflación –que es muy alta– y no perciben que “la cosa está buena”, la guerra a la impunidad, que fue un reclamo, afectó sensiblemente el Estado de derecho y, de ello se queja, por escrito con frecuencia, tildándolo de vergüenza, hasta la Procuradora General, Mirian Germán.
Los temas electorales ahora son el aumento en los precios de los productos básicos, los apagones, el desempleo, la inseguridad ciudadana, la inmigración ilegal, la afectación al estado de derecho y, los liderará el candidato que a partir de enero se dedique a ellos, a) sea el candidato a la reelección, b) el que habiendo sido tres veces presidente desea volver o c) el benjamín de la candidatura presidencial.
Al margen de la ciudadanía se moverán los poderes fácticos, los empresarios y personas acomodadas, de ellos proviene la principal fuente de financiamiento: Luis ha perdido amigos y ha ganado enemigos pero es el Presidente de la República y, a pesar del temor y la ineficacia de la Administración, obtendrá fondos suficientes, Leonel fue tres veces jefe del Estado y, cuando empiece el conteo, además de lo que recaude de sus nuevos militantes, siguiendo la sabia tradición empresarial –de apoyar a todos– recibirá suficientes fondos a medida que el conteo avance y las encuestas empiezan a dar señales; Abel es quien tendrá más limitaciones por ser su primera vez y, su partido tener a muchos de sus “ricos” comprometidos en otras causas políticas, intentando ser anónimos o porque, simplemente, no creen en las posibilidades electorales inmediatas.
En la contienda se inscribirán cuando menos 25 organizaciones, tres de ellas, a las que he citado, electoralmente relevantes y dos que, podrían ser políticamente importantes, el PRD de donde se desprendió el PRM que podría por un lado encabezar una parte de la oposición temática diaria y restar algunos disgustados al Gobierno y, el PRSC, pero este último, no parece que vaya a asumir papel de oposición, ni tiene militancia o liderazgos locales ya: los demás, aunque sean parte de alianzas no participan del debate diario, no tienen seguidores, lo que no quiere decir que deban ser descartados.
En las captaciones de personas de importancia alta y media –profesionales, empresarios, artistas, etc.– por su estilo sencillo y comunicación horizontal a través del washap, Luis parte con una gran ventaja: Es difícil pelearse o negarse a un Presidente que usualmente responde el teléfono, eso no se había visto nunca antes, aunque lleva la desventaja de que sus instrucciones tendientes a resolver temas, pocas veces se ejecutan por los intereses encontrados de sus funcionarios o su ineficacia inexcusable. Además, habla con los medios en forma permanente y no tiene reparos en echar para atrás medidas –erróneas– adoptadas.
Leonel que comunica bien a través de los medios y, tiene la capacidad de titulares para sus planteamientos, con lo que tiene una publicidad gratuita a través de la información, incursiona esporádicamente, viaja mucho y, aunque tiene la mayor capacidad de empatía con la gente, mantiene un tipo de comunicación “a través de otros”, que no puede competir con la respuesta inmediata del titular del Poder Ejecutivo: Está obligado a oposición diaria, permanencia regular en el territorio y a usar un teléfono en el bolsillo como su competidor, esta última ya es una regla impuesta por Luis.
Abel todavía no ha mostrado su capacidad opositora frente a las políticas pública del Gobierno y, si bien conoce la estructura de su partido en todo el país y por eso ganó ser “el único aspirante”, todavía el país no lo conoce; ser conocido es su primera tarea, la segunda, establecer comunicación con la gente – que hace bien a través de wasap, igual que Luís – y hacerse con el financiamiento necesario, porque en la actividad política después de tener la “oportunidad, la maquinaria y las condiciones”, solo falta, primero dinero, segundo más dinero y finalmente más dinero”.
Las organizaciones políticas ya no mostraran músculos a través de concentraciones y de los tradicionales grandes mítines de la 17 y de la Máximo Gómez, sino “volviendo virales” mensajes y reacciones a cuestiones de interés general, a veces críticos a políticas pública o actuaciones de funcionarios, oposición que hasta la fecha no se ha hecho –excepto en los fideicomisos– pues las denuncias y escándalos hasta hoy provinieron de sectores en pugna del mismo gobierno.
Joaquín Balaguer en ocasión del Frente Patriótico en el 1996 declaró que “si las matemáticas no fallan, dos es más que 1” para referirse al mayor peso del PRSC –de entonces– y el PLD, frente al PRD; siguiendo ese criterio una alianza matemática del PLD y la FP, que algunos consideran poco probable porque antes hay que vencer los recelos entre los líderes de ambas organizaciones y garantizar los intereses de Abel, por su sinergia, en el país de hoy, tendría efectos geométricos, no matemáticos, mayores a la suma de ambas simpatías, por eso, Luis debe evitarla porque si lo logra, se reelige: sólo pierde –a pesar de los múltiples errores– ante una alianza de la oposición que puede producirla, el miedo.
En la dictadura el miedo es un aliado; en la democracia, si bien a algunos puede parecerles útil al inicio de un periodo, previo a las elecciones es una debilidad porque cuando se acerca la fecha de votar, tiene una gran capacidad de unir a todos en contra; en política solo el odio puede a veces superar al temor y, en ocasiones, cuando caminan de la mano, son invencibles.