Pocos comerciantes dominicanos, ausencia de haitianos y vías parcialmente vacías, es el ambiente que se vive en la zona fronteriza de Pedernales al segundo día del cierre oficial de la frontera dominico-haitiana.

Los vehículos que realizaban el transporte de comunidades agrícolas no están circulando a capacidad, porque los mayores pasajeros que venían de las comunidades de la parte alta y la costa sur eran haitianos que llegaban al mercado a vender productos agrícolas.

Por ello, varios comerciantes expresaron su descontento por las bajas que registran sus negocios e incluso, algunos narraron que tendrán que retirar su puesto de comercio si la frontera no abre en los próximos días, como, según sus testimonios, ya lo han tenido que hacer otros comerciantes dominicanos.

Esta información se obtuvo en un recorrido por la división fronteriza, donde además se pudo apreciar que los haitianos no se encuentran en esas áreas, mientras soldados del Cesfront, Ejército y otros servicios mantienen sus patrullajes para evitar el ingreso de los indocumentados.

De igual modo, se hizo notoria la manera relajada en la que permanecían los empleados de las oficinas de Aduana debido a la ausencia de demandas por parte de los extranjeros, que siempre llegaban a pagar los impuestos de pasaportes, visados, mercancías y otros servicios.

En varias comunidades haitianas como Anse-a-Pitre a los residentes solo se le escucha hablar del tema del cierre de la frontera, “rogando a Dios que se reabra para poder comprar y vender en sus negocios”.