Virtudes Doñé Pinales vive en una pequeña casa de madera en el sector Ponce en Los Guarícanos desde hace unos 35 años, actualmente está desempleada y su esposo, Estanislao Ruiz, cuando puede, se desempeña vendiendo en el mercado de la zona.
Tras las lluvias del pasado sábado 18 de noviembre, su casa quedó en condiciones críticas por la cantidad de agua acumulada dentro. Para poder sacar el agua tuvo que recurrir a hacer un hoyo en una esquina que ahora lo tiene tapado con un pedazo de madera.
La estufa, la nevera y un pequeño colchón donde dormía quedaron dañados, los pocos trastes que pudo recuperar con ayuda de sus vecinos los llevó a una casa ubicada en un segundo nivel y hasta el momento los ha mantenido ahí por miedo a que vuelva a llover y una vez más se inunden.
“Tengo los trates en la casa de mi hija que vive en una segunda porque tengo miedo de que vuelva a suceder de nuevo, el colchón se mojó y ahí lo tengo que lo voy a sacar para botarlo, la nevera estaba full de agua, la estufa se dañó”, fueron las palabras de Virtudes, quien casi lloraba en llantos contando lo que le pasó.
Pinales dijo que en el momento de los aguaceros pudo ver como la mesa de su comedor era arrastrada por el agua. Además, destacó como cada vez que llueve la casa se moja y su techo de zinc causa goteras debido a los hoyos que tiene.
Contó también que cada vez que llueve se sienta en su sala a esperar que se detengan los aguaceros con miedo a que las aguas inunden su casa una vez más.
Su sueño
En el lado derecho de la pequeña casa de madera en Ponce, Virtudes y su esposo levantan una casa de block, construcción que tienen detenida debido a que carecen de los recursos suficientes para terminarla.
En esa misma construcción rodeada de hierba por el tiempo que tienen detenida, tienen un pequeño baño hecho con algunos bocks y de puerta un pedazo de zinc.
La cañada
El sector Ponce en Los Guarícanos fue impactado por las lluvias del pasado sábado 18 de noviembre, donde varios hogares quedaron sumergidos en el agua.
No es la primera vez que la comunidad se inunda, los residentes explicaron que es recurrente, pero que las lluvias del pasado sábado impactaron aún más.
Hicieron un llamado al ayuntamiento, ya que cuando estos realizan labores de limpieza dejan las fundas en las calles, que luego son arrastradas por las lluvias en dirección a la cañada.
Al mencionar la existencia de la junta de vecinos, dijeron que ellos están ahí “pero es de balde, no hacen nada”.