Dato. El Ministerio Público informó que el asesino se entregó a la Policía pasado el mediodía del 31 de diciembre y reveló donde estaba el cadáver.
Nayeli Reyes
Santo Domingo, RD
Fue una tragedia terrible que estremeció al sector Villa Carmen, en Santo Domingo Este, el pasado 31 de diciembre cuando, tras escuchar durante horas los gritos desesperados de Angerilis Marrero García, los vecinos vieron llegar fuerzas de la Policía Nacional y enterarse de que la joven mujer puertorriqueña, de 27 años, había sido asesinada.
Según narraron los residentes, próximo a las 7:30 de la mañana del último día de diciembre empezaron a escucharse los gritos desesperados de la joven que se perdían entre el alboroto del asesino confeso, Luis Eduardo Terrero Gómez, que elevaba su voz para, al parecer, confundir a la vecindad.
Al final, terminó propinándole 80 puñaladas para acabar con la vida de la joven.
A pesar de que en el barrio no se la veía con frecuencia, debido a que residía en Puerto Rico, su país de origen, aquellos que hacen vida en el entorno aseguran que cuando Marrero García estaba allí limitaba su contacto con la comunidad y sólo compartía con su pareja, a quien había venido a visitar por las festividades navideñas, trayéndole la noticia de tener embarazo de un mes.
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Con aproximadamente siete meses de residencia en el Respaldo Villa Carmen, Terrero Gómez parece ser que no logró entablar una sana y cordial convivencia con sus vecinos, quienes aseguran que le reconocían más como una persona “extraña y agresiva”.
Según dijeron varios entrevistados por el Listín Diario en el perímetro donde fue encontrado el cuerpo sin vida de la puertorriqueña, justo en la casa de su expareja, después de que el hombre mató a Angerilis llamó al colmado y pidió seis velones de distintos colores.
Esa detalle fue confirmado por el “delivery” que llevó el encargo a la vivienda.
Asimismo, afirmaron que Luis Eduardo era un hombre callado y que a lo largo de su permanencia en la vivienda se había visto involucrado en situaciones agresivas.
Pero aun así, algunos dicen que jamás esperaban que esa tragedia sangrienta pudiera haber ocurrido, debido a que cuando la joven estaba en el país ambos eran vistos como “una pareja feliz”.
“Ese muchacho era un mal educado, él pasaba por ahí a cualquier hora y estuviera quien estuviera no saludaba, siempre con su cabeza abajo”, dijo Marcia Pérez, una vecina en la proximidad al hogar del victimario.
“Pero ellos se veían como una pareja feliz. Uno no puede decir que él la maltrataba o que uno veía cosas así”, agregó.
Esto fue corroborado por otros residentes de la barriada, como Energido Guzmán, quien relató un percance que el criminal, quien era distribuidor de combustible, tuvo poco antes con otro vecino, a quien amenazó y desafió a tener una pelea.
“Él tuvo un pleito con un vecino y le decía que venga, que vamos a matarnos y, si no es por el vecino que le decía que no, que él es un muchacho joven y que no se ponga eso, que como él puede estar hablando de matar, la desgracia pudo haber sido antes”, declaró.
Luis Eduardo Terrero Gómez se entregó a las autoridades dominicanas luego de asesinar a la joven puertorriqueña y mostrarle el cadáver ensangrentado a sus familiares a través de una videollamada, quienes ahora piden que este sea extraditado a los Estados Unidos, para cumplir allí la condena.