AFP
Memphis, EE.UU.
Asistentes al funeral de Tyre Nichols, el afroestadounidense fallecido tras una brutal golpiza policial, condenaron la violencia institucional que segó la vida de “una buena persona (…) que se fue demasiado pronto”.
Luego de haber abrazado a la madre de Nichols durante un largo rato en la iglesia de Memphis, donde tuvo lugar el homenaje, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, fustigó a los agentes negros que lo golpearon mientras gritaba y pedía ayuda.
“¿No tenía derecho a estar seguro?”, cuestionó la vicepresidenta. “Aquí está una familia que perdió su hijo y su hermano en un acto violento” perpetrado por “personas encargadas de protegerlo”, y “este acto violento no buscaba garantizar la seguridad pública”, afirmó ante la multitud.
Nichols era “una buena persona, una bella alma, un hijo, un padre, un hermano, un amigo, un ser humano que se fue demasiado temprano”, dijo por su parte el reverendo J. Lawrence Turner, en el discurso de apertura del evento en la Iglesia Cristiana Misisipi Boulevard. “Pero al final venceremos”, agregó en referencia a la violencia policial que afecta particularmente a las poblaciones negras en Estados Unidos.
Otro símbolo fuerte, un hermano de George Floyd – hombre negro que murió asfixiado en 2020 bajo la rodilla de un policía blanco, cuyo deceso inició masivas manifestaciones antirracistas – estaba presente.
También estuvo la madre de Breonna Taylor, afroestadounidense de 26 años, abatida en por la policía en su apartamento de Kentucky en 2020, convertida en ícono del movimiento “Black Lives Matter” (“Las vidas de los negros importan”).
En tanto el reverendo Al Sharpton, figura de la lucha por los derechos civiles, pronunció la oración fúnebre.
Calvario
Nichols, de 29 años, fue arrestado en Memphis el 7 de enero por miembros de una unidad especial de policía llamada Scorpion, que le atribuyó al hombre una falta de tránsito.
El procedimiento policial quedó grabado en las cámaras que van incorporadas en los uniformes de los agentes y en las de seguridad pública de la ciudad.
Los videos muestran como los agentes propinan al joven puñetazos, patadas y golpes con porras, gases lacrimógenos y una pistola eléctrica. En ningún momento se ve a Nichols tratar de atacar a los policías. Intenta huir y lo atrapan. Murió tres días después.
Cinco de los policías involucrados -todos negros- fueron despedidos y enfrentan cargos por asesinato.