Saliendo de la Basílica de Higüey, en una carroza adornada por flores blancas, la imagen de la Virgen de la Altagracia recorrió desde la provincia homónima alrededor de 170 kilómetros para llegar hasta Santo Domingo, donde hace 100 años fue coronada canónicamente.
Con una eucaristía celebrada en la Basílica Catedral Nuestra Señora de la Altagracia la mañana de este domingo inició la clausura del Año Jubilar Altagraciano.
La misa fue presidida por monseñor Edgar Peña Parra, enviado especial del Papa Francisco, quien durante la homilía estudió la imagen venerada por los dominicanos desde hace varios siglos y expresó el cariño y amor fraterno del Papa Francisco.
“Que la Virgen de la Altagracia sea siempre nuestro auxilio (…) saldremos en peregrinación todos juntos, de modo que podamos vivir siempre en esa gracia, en esa alta gracia que es sentir la presencia de Jesús y de su madre en el camino de nuestra vida, adheridos al proyecto de amor que Él nos propone”, dijo el sacerdote delegado del Santo Padre.
Afuera, en la explanada del templo de medio siglo de existencia, esperaban decenas caballos y de toros por la también llamada “Misa Solemne de los Toros”, una tradición de hace siglos en la cual los humildes pobladores del Este ofrecían a la Virgen lo que tenían, en ese entonces, su ganado.
Esos peregrinos fueron desde Monte Plata recolectando los Toros de la Virgen, donados por familias devotas.
Además de los peregrinos de Los Toros, se integraron participantes del Rally La Altagracia con el fin de acompañar a la imagen en su traslado hacia Santo Domingo junto a una caravana de unos 1000 vehículos.
A su paso por las vías que conectan a la capital dominicana con la región Este, muchos fieles le saludaban con bandereo o se orillaban para ver pasar a la carroza adornada con ilustraciones de árboles de naranjo y franqueada por militares.
Su llegada a la capital dominicana no fue sin antes pasar por el Faro a Colón, donde los fieles del municipio de Santo Domingo Este le esperaban para saludarle con un rosario formado con globos rellenos de helio que luego alzaron al cielo azul celeste.
El Arzobispo de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, fue quien recibió oficialmente a la imagen de la Virgen en el Monumento Fray Antón de Montesinos, donde cayó la noche.
Junto a él estuvieron obispos y sacerdotes, así como también la alcaldesa de la ciudad, Carolina Mejía, quien rezó el rosario con los demás fieles a la espera de la caravana.
Posteriormente, en procesión y con cánticos, fue llevada hasta la Catedral Primada de América para la celebración de una eucaristía. Cuando iba a ser movida hacia el interior de la Basílica Menor de Santa María de la Encarnación o la Anunciación, hubo inconvenientes por el gran tamaño del carro en que fue transportada.
Durante toda la noche, en la Primada de América se realiza una vigilia serenata hasta las 6:00 de la mañana del lunes 15 de agosto. La misma está siendo retransmitida por varias emisoras, canales digitales y de televisión.