La reconstrucción del Centro de Corrección y Rehabilitación Las Parras del municipio San Antonio de Guerra, una de las principales apuestas del Plan de Humanización del Sistema Penitenciario que ejecutó la Procuraduría en la gestión de Jean Alain Rodríguez, mantiene un tímido avance.
Desde su inauguración, en 2020, este diario ha visitado el terreno en diferentes ocasiones y el deterioro le ha llevado ventaja a los avances que ha podido presentar.
La observación más reciente de Listín Diario se realizó el pasado sábado. Allí se pudo constatar el estado de abandono en que continúa habitando en el complejo carcelario, con elevado pasto y la garita de guardias inconclusa. Un dron de este diario, manejado por el fotorreportero Raúl Asencio, pudo captar la gran cantidad de maleza, a tal punto que, por su altura, resulta casi imposible ver las edificaciones, que ya han ido perdiendo su color.
Las canchas de baloncesto ya presentan daños; situación que resulta “abusivo” para los moradores de la zona quienes aseguran que lo único que toca esos patios son los rayos del sol.
“Ahí todo sigue igual, tanto dinero del pueblo que seguro se invirtió en esa cárcel, y mírelo con sus ojos (señala el abandono), nada se hace ahí adentro, eso es un abuso”, narró Francisco Rosario, un señor que reside cerca de la obra y con quien este diario habló desde las afueras de lo que una vez algunos nombraban “La Nueva Victoria”.
Al ingresar a la calle de que dirige a la cárcel, localizada en una zona prácticamente aislada de la sociedad, permanecen cuatro militares, dos de ellos llegaron luego de que el drone subiera hacer las tomas y los dos restantes permanecían haciendo guardia allí.
Un sargento de apellido González conversó con el equipo y explicó que varios ingenieros se mantienen trabajando en el espacio, sin embargo, aquel sábado no estaban en el recinto.
“Aquí hay 30 guardias de lunes a lunes y los ingenieros no están aquí hoy (el sábado), pero si se le ha estado dando mantenimiento”, dijo el soldado, quien agregó que aún no fecha para que inicie el funcionamiento de la cárcel, pero asume que “viene pronto”, debido a que está teniendo un poco más de cuidado que antes. Es cierto, a diferencia del 10 de mayo 2022, cuando este diario visitó el área, ya hay calles asfaltada.
Aunque en principio se dijo que los presos empezarían a ser trasladados esa misma semana, ya han pasado cuatro años y hasta el momento no ha sido movido ni uno solo de los internos hacia el recinto, catalogado como el más grande del país.
En mayo de 2022, la procuradora general, Miriam Germán Brito, dijo que el hacinamiento de la cárcel de La Victoria “comenzará a resolverse cuando el Estado termine de readecuar el complejo carcelario”, denominado la “Nueva Victoria”, en referencia al de Las Parras.
En una ocasión, el actual coordinador de la Comisión por la Reestructuración del Sistema Educativo de la Policía Nacional, Roberto Santana, expresó que “el equipo técnico de la Procuraduría y el Gobierno eran los responsables de que la cárcel de Las Parras no esté funcionando”.
En las imágenes aéreas es evidente el abandono de los bloques, la pintura desgastada, las verjas metálicas cubiertas de plantas adheridas, el campo de béisbol con quemaduras de fuego, matorrales en toda el área verde y algunas lagunas que bordean el área. La carretera que conduce al lugar también está en deterioro.