El gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, presentó el lunes un proyecto de ley que congelaría la importación, compra y venta de pistolas a nivel nacional.
“Estamos limitando el número de pistolas en este país”, dijo Trudeau.
Se prevé que la normativa para frenar el crecimiento en el número de pistolas de propiedad personal se promulgue a fin de año.
“Será ilegal comprar, vender, transferir o importar pistolas en cualquier lugar de Canadá”, dijo el primer ministro. Familiares de víctimas de tiroteos lo acompañaron en una conferencia de prensa en Ottawa.
El gobierno canadiense ya tiene planeado prohibir 1.500 tipos de armas de fuego de tipo militar y ofrecer un programa de recompra obligatoria que comenzará a finales de año. Trudeau dijo que si alguien realmente quiere conservar su arma de asalto, ésta quedará inoperable.
Canadá ya ha ampliado los controles de antecedentes.
Trudeau lleva tiempo planeando promulgar leyes de armas más estrictas, pero la introducción de esta iniciativa se produjo tras las matanzas de este mes en Uvalde, Texas, y Buffalo, Nueva York.
El ministro de Seguridad y Preparación para las Emergencias, Bill Blair, dijo que Canadá es muy diferente de Estados Unidos.
“En Canadá, la posesión de armas es un privilegio, no un derecho”, precisó. “Este es un principio que nos diferencia de muchos otros países del mundo, en especial de nuestros colegas y amigos del sur. En Canadá, el único propósito de las armas es usarlas para la caza y el deporte”.
En Canadá se producen muchos menos tiroteos masivos que en Estados Unidos, en parte por la falta de fácil acceso a las armas, aunque la población estadounidense también es mucho mayor que la canadiense.
Según Blair, las armas se introducen a menudo de forma ilegal desde Estados Unidos, país que tiene uno de los mayores arsenales de armas de pequeño calibre en el mundo.
El gobierno canadiense tiene previsto combatir el contrabando y el tráfico de armas aumentando las sanciones penales, proporcionando más herramientas para investigar los delitos con armas de fuego y reforzando las medidas en las fronteras.
Trudeau aseguró que el aumento de la financiación ya ha permitido a los agentes fronterizos duplicar la cantidad de armas de contrabando confiscadas en la frontera con Estados Unidos.
La propuesta de ley también permitiría retirar las licencias de armas a las personas implicadas en actos de violencia doméstica u hostigamiento criminal, como el acecho.
El proyecto crearía una nueva ley de “bandera roja” que permitiría a los tribunales exigir que las personas consideradas un peligro para sí mismas o para los demás entreguen sus armas de fuego a la policía.
El gobierno afirmó que la medida protegerá la seguridad de las personas que solicitan el proceso, con frecuencia mujeres en peligro de sufrir maltratos domésticos, al mantener su identidad en secreto.
El gobierno canadiense dijo que exigirá que los cargadores para rifles se modifiquen permanentemente para que nunca puedan contener más de cinco cartuchos, y prohibirá la venta y transferencia de cargadores de gran capacidad según el Código Penal.
“Canadá puede enseñarnos mucho”, tuiteó Bruce Heyman, exembajador de Estados Unidos en Canadá durante la administración Obama.
Trudeau señaló que su gobierno reconoce que la gran mayoría de los canadienses que poseen armas de fuego son responsables, pero que el nivel de violencia con armas de fuego es inaceptable. “Se trata de una medida nacional concreta y real para recorrer un largo camino hacia la seguridad de los canadienses”, declaró Trudeau.
La aprobación de las nuevas medidas está asegurada en el Parlamento canadiense, ya que el partido Liberal —al que pertenece Trudeau— y su aliado el Nuevo Partido Demócrata cuentan con los votos suficientes.