Una joven ilustradora y animadora dominicana figura entre los finalistas del Hack Máfiz Málaga, competencia de nuevos talentos que forma parte de las actividades en torno al Festival de Málaga, evento cinematográfico cuya vigesimoquinta edición se inaugura este viernes 18 de marzo.
Fabiola Rosso, de 26 años, fue seleccionada junto con otros 19 creadores digitales en una convocatoria a la que aplicaron 1,300 aspirantes de España y Latinoamérica.
La selección significa “muchisísimo” para Rosso, quien ve esta oportunidad como su aporte para ayudar a poner en el ojo público el talento dominicano del campo de la animación, una industria que, considera, “está en pañales” en el país, “pero dando pasitos constantes”.
“Desde hace mucho tiempo nuestra comunidad ha intentado dar a conocer los grandes beneficios que tiene la industria de la animación, los cómics, videojuegos, ilustración… No obstante, al ser un nicho un poco pequeño y poco explorado dentro de nuestro país, no se le toma muy en cuenta. Me alegra saber que eso se está cambiando hoy en día, con la exposición y reconocimiento de grandes talentos dominicanos que andan trabajando en la industria”, comenta Rosso.
“Aquí hay talento y se necesita apoyo”, añade la joven artista.
Como muestra del avance de la comunidad de animadores e ilustradores quisqueyanos, destaca el trabajo de colectivos y proyectos como Anidom, Sketchdom, estudios de cómics Alpha Eve, Moro Studio, Papaya Studios, Lite Visual, Cultura Cómic RD y Encuentro de Dibujantes.
Una vez inscrita en Hack Máfiz Málaga y habiendo compartido su portafolio profesional, Rosso queda en el grupo de 198 candidatos que serían sometidos a diferentes desafíos como parte de la competencia internacional.
En un primer desafío creó un autorretrato audiovisual que, más allá de mostrar su nombre y pasatiempos, reveló parte de su mundo interior. Para realizar este autorretrato audiovisual, se inspiró en la obra de Cándido Bidó, artista que, asegura, formó parte de su infancia e influyó para que se enamorara de los colores primarios, las tonalidades cálidas y el empleo de texturas y formas básicas.
El segundo reto consistió en usar su arte para ¡vender un tomate! Rosso y su dupla, Santiago Westberg, idearon una propuesta de miniserie web llamada “Tomatito Super Star”, que se transmitiría a través de Instagram Reels y Tik Tok. ¿La premisa? Un tomate que no quería ser un simple tomate, sino trascender siendo una estrella del mundo del arte.
El tercer desafío consistió en presentar una propuesta de serie televisiva a una empresa real. En esta fase trabajó junto con Adrián Campos y Ludmila Soria.
Ahora, Rosso y el resto de los finalistas de la competencia se encuentran en Málaga, España, para participar en el último desafío por equipos.
Gracias al Hack Máfiz Málaga no solo ganó la oportunidad de viajar a la ciudad española y nutrirse del intercambio cultural, sino que también accederá a mentorías y clases con profesionales de la industria del cine. La joven creadora espera compartir con sus colegas dominicanos parte de lo aprendido a lo largo del proceso.
Rosso estudió publicidad en el país y actualmente cursa una maestría en desarrollo y gestión de la industria del entretenimiento, en Cancún, México.