El año 2022 registró una cifra récord de muertes y desapariciones de migrantes en todo el continente americano, con al menos 1,457, casi la mitad de ellas (686) registradas en la frontera entre Estados Unidos y México, según informó hoy la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La cifra de víctimas en el continente supera en un 10 % las registradas en 2021 (1,316), y antes de ese año nunca se habían superado los 900 muertos y desaparecidos confirmados, indica la OIM en un informe que utiliza datos de su Proyecto Migrantes Desaparecidos, que desde 2014 hace un seguimiento constante de víctimas en rutas migratorias de todo el planeta.
Además de los 686 fallecidos o desaparecidos en la frontera norte mexicana, se registraron el pasado año otras 257 víctimas en la ruta marítima hacia Estados Unidos por el Caribe, 141 en el tapón de Darién panameño (que une Suramérica con América Central) y 104 entre República Dominicana y Puerto Rico.
Desde que la OIM comenzó este proyecto de seguimiento hace 10 años, se han registrado al menos 4,664 muertes y desapariciones en la frontera entre EE.UU. y México, 499 en la ruta caribeña hasta Estados Unidos, 328 entre República Dominicana y Puerto Rico y 320 en el tapón de Darién.
LLAMADA A LA ACCIÓN
“Estas alarmantes cifras nos recuerdan la necesidad de que los Estados actúen”, señaló en un comunicado la directora regional de la OIM para América Central, del Norte y Caribe, Michele Klein Solomon, quien en este sentido consideró crucial aumentar la recopilación de datos para “garantizar que las rutas son seguras y accesibles”.
Marcelo Pisani, director regional de la OIM para Suramérica, añadió que los datos sobre víctimas migrantes en el continente son muy incompletos, por lo que las cifras reales podrían ser mucho mayores.
Por ejemplo, en el caso de las muertes y desapariciones en México y EE.UU., la OIM lamenta que carezca de datos completos de las oficinas de atención migratoria del estado fronterizo de Texas, o las de la agencia de búsqueda y rescate de México.
Pese a la falta de datos completos, esa ruta fronteriza entre México y EE.UU. se consolida como la vía terrestre más mortal para los migrantes en el mundo.
Las 686 víctimas en esa ruta el pasado año suponen la segunda peor cifra en esa zona desde que la OIM comenzara a recopilar estas estadísticas hace 10 años (en 2021 hubo 729 muertos y desaparecidos).
DESIERTOS LETALES
Casi la mitad de las muertes en esa frontera mexicana norte el año pasado (307) se produjeron durante la travesía por los peligrosos desiertos de Sonora y Chihuahua, destacó la OIM, indicando que esa cifra es incluso mayor que la de los migrantes fallecidos al atravesar el Sahara norafricano (al menos 212 el año pasado).
La OIM subrayó también como muy preocupante el incremento en las muertes y desapariciones en el Caribe, con 350 documentadas en 2022 frente a 245 en 2021 y menos de 170 en todos los años anteriores, siendo Haití, Cuba y República Dominicana los principales orígenes de las víctimas.
Respecto a la situación en el peligroso Tapón de Darién, la OIM considera que el número de víctimas real podría ser sensiblemente mayor del que ofrecen las cifras oficiales, teniendo en cuenta que en 2022 llegaron a Panamá por esa vía selvática unas 250,000 personas, mientras en lo que va de 2023 ya se han superado las 300,000.
Aunque la ruta terrestre más mortal para los migrantes en el planeta sea la que separa EE.UU. y México, la que registra más fallecidos y desaparecidos es marítima: el Mediterráneo Central, donde al menos 1,417 personas perdieron la vida en 2022, mientras que en la parte occidental de ese mar las víctimas fueron 611.