Desde bien temprano ayer de mañana, la atención pública estuvo centrada en lo que pasaría al final con la medida de coerción a los dos implicados en la muerte, hace un mes, del joven Joshua Omar Fernández, de 19 años, cuando salía de una discoteca del Ensanche Naco, en la capital.
A las 7:30 de la mañana, los medios de comunicación ya estaban apostados en la Oficina de Servicios de Atención Permanente del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva.
Pero a esta jornada mañanera ya habían llegado familiares y amigos de Joshua, quienes dieron la bienvenida.
Un grupo de jóvenes, que no sobrepasaban los 22 años, compañeros de estudio de Joshua en el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep), y otros que residen en Pantoja, acompañados de Maribel Rodríguez (tía) y el hermano mayor de Joshua, formaron un círculo con pancartas con el eslogan “queremos justicia”.
Todos en el grupo portaban T-shirts’(camisetas), color blanco, con una imagen sonriente de Joshua.
“Justicia por Joshua” y “todo el peso de la ley a los implicados”, proclamó Rodríguez, que estuvo protestando hasta el inicio de la audiencia.
Los dos imputados, Wesly Vincent Carmona (“El Dotolcito), y Alison de Jesús Pérez (Chiquito) entraron a la sala, esposados.
Luego, en calma y serena, hizo su entrada la madre de Joshua, Berlina Decena, acompañada de su hija y sus abogados. Erguida, la mujer no dijo una palabra a la prensa.
También entraron familiares de “Chiquito”. Del que no se vio pariente alguno allí fue de “El Dotolcito”.
La audiencia, conocida en separado a los acusados, empezó a las 9:07 de la mañana.
El Tribunal, presidido por el magistrado de Rigoberto Sena Ferreras, dictó, al cabo de hora y media, un año de prisión preventiva como medida de coerción contra los encartados, que deberán cumplir en la cárcel La Victoria y Najayo, respectivamente, tras ser acogido el pedimento que hizo el Ministerio Público.