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GOBIERNO ILUMINA LA TURÍSTICA ZONA EL RECODO, TRAS 30 AÑOS CON SU PRINCIPAL VÍA APAGADA

La familia Mejía-Gómez despidió ayer miércoles a Rosa Gómez de Mejía, ex primera dama de la República y esposa del ex presidente Hipólito Mejía. La dama falleció el pasado lunes de un infarto luego de salir de una actividad en el Museo Infantil Trampolín, en la Ciudad Colonial.  

El último adiós a doña Rosa, como era conocida, se realizó en el cementerio Jardín Memorial con una misa de cuerpo presente y posteriormente una ceremonia privada.

Hipólito Mejía estuvo acompañado de sus hijos Ramón Hipólito, Lissa, Carolina y Felipe Mejía, al igual que de sus nietos, demás familiares y diversas personalidades de la vida política del país, dentro de los que destacan el presidente de la República, Luis Abinader; la primera dama, Raquel Arbaje; la vicepresidenta, Raquel Peña, y el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza.

Antes del inicio de la misa, el presidente Luis Abinader, acompañado de Raquel Arbaje, José Ignacio Paliza y Raquel Peña, rindieron una guardia de honor por dos minutos ante el féretro de Rosa Gómez.

La eucaristía fue oficiada por monseñor José Dolores Grullón Estrella, por el arzobispo de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, y el obispo de Higüey, Jesús Castro Marte.

El obispo tomó unos minutos para describir la vida y obra de Rosa Gómez, a quien definió como la mejor madre para sus hijos y  quien siempre estuvo llena de sabiduría e inteligencia en cada momento de su vida.

Los hijos de doña Rosa, Felipe, Carolina Mejía, Lissa y Ramón Hipólito, fueron los encargados de pronunciar el panegírico en honor a su progenitora.

Con la voz entrecortada y visiblemente afectada por la pérdida de su madre, Lissa Mejía enfocó sus palabras a los momentos vividos con doña Rosa y destacó que aún no sabe cómo la familia podrá afrontar la ausencia de ésta.

“Pensar que ya no hablaremos y que ya no me visitarás más en la oficina, que no estarás en tu casa y que no te volveremos a ver ni sentir tus caricias amorosas”, fue parte del mensaje dedicado a su madre por Lissa.

“Tal vez el padre te necesitaba ahí arriba, te fuiste muy rápido, pero sin sufrir y nos queda el ejemplo de una mujer que siempre luchó por la unidad familiar y prometo, junto a mis hermanos, seguir tu legado”, expresó Lissa Mejía.

La hija del ex presidente indicó que la admiración de doña Rosa por Hipólito Mejía era infinita y a quien amó con todo su corazón.

Las palabras finales del hijo mayor de doña Rosa giraron en tono a la fe de ésta y el trabajo que realizaba. “Finalmente, papá no te dejaremos solo, pero conociendo tu estirpe, tú tampoco nos dejaras solos a nosotros. Gracias y amén”, dijo.

Tras finalizar el panegírico, se presentó un audiovisual con imágenes de la vida de doña Rosa en compañía de sus familiares y amigos.

Al camposanto acudieron empresarios, diputados, senadores, funcionarios y diversas personalidades.

En las sillas fueron colocadas flores rosadas y blancas y había fotos a blanco y negro de la fenecida dama. 

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