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El correo se niega a morir aferrado a sus precarias instalaciones

Los avances de la mensajería electrónica y el terreno invadido por los couriers ponen en entredicho la existencia de las estafetas postales, las cuales se niegan a desaparecer aferradas en instalaciones de condiciones precarias. En los municipios de Boca Chica, San Antonio de Guerra y el sector Los Mameyes, empleados del Instituto Postal Dominicano (INPOSDOM) dicen presentes desde las 8:00 de la mañana.

Antes de esto, en la calle Jacinto de los Santos, de la barriada de Santo Domingo Este, los carteros recopilan el aproximado de 70 cartas ordinarias a diario, que no necesitan de un protocolo establecido, pues las mismas se depositan a las puertas de la dirección fijada por quien envía.

No obstante, el espacio de trabajo, donde se agrupa el personal administrativo y operativo, es una edificación que muestra suciedad, falta de pintura y la ventilación está limitada a abanicos parados. Y cuando abandonan el domicilio, las explanadas acogen mendigos bajo la evidencia de restos de fósforos, cigarrillos o cartones para recostarse.

A pesar de ello, los empleados tienen acceso a internet que les permite conectarse a sistemas de “tracking” para rastrear un paquete. En los minutos que reporteros del Listín Diario estuvieron allí, atendieron tres personas en un proceso rápido a quienes cobran por un tarifario de precios sujeto a los kilogramos de la balanza.

En la precariedad, un equipo de 15 personas realiza la labor de servicios, ventas y despacho. Esas mismas tareas se ejecutan en la oficina de Boca Chica, en la calle Duarte número 49, pero en una casucha de madera y zinc con abanicos de techos quemados, tampoco tienen computadoras o acceso a agua potable.

Los cuatro trabajadores de esta estafeta, incluido un cartero y tres auxiliares, se ven en la necesidad de descargar el baño cargando cubetas de otro sitio. No existe personal destinado a la limpieza, la carcoma es notable incluso en la caja y para investigar de un paquete deben llamar a la sede central a través de una flota.

Este limitado personal responde a todo Andrés Boca Chica, pero reciben la espalda con la adecuación del lugar a falta de siquiera un bebedero. Por si fuese poco, realizaron un reporte porque la balanza en la que pesan los paquetes está descompuesta.

La edificación destinada a Inposdom en Guerra, ubicada en la calle Marcos del Rosario en un local compartido con la Policía Nacional y Defensa Civil, recibe las atenciones de dos auxiliares en conjunto con un cartero, quien llega a flexibilizar su rol llevando los periódicos.

Basta con presenciar la entrada del lugar para ver los desperfectos, como las filtraciones de las paredes y que una vez dentro se extienden al techo. Al menos los abanicos funcionan, aunque el baño necesita de reparaciones.

Esto con una vista panorámica desde las atenciones en la caja, pues a los reporteros le negaron capturar imágenes luego de una llamada a superiores. La parte frontal cuenta con dos bancos cubiertos de óxido y el piso de lilas.

La funcionalidad del correo

Con los teléfonos inteligentes expandiendo las comunicaciones, la presencia de los registros postales está en un segundo plano. Sin embargo, mantienen operaciones de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.

En el momento cargan con responsabilidades notables, viendo el compromiso con la democracia porque extranjeros reciben y depositan en el Inposdom las boletas electorales. Fue el caso con las últimas elecciones de España.

Los envíos de correo se dividen en dos sistemas: el certificado de ventas, que tarda 15 días para notificar del arribo de un paquete, mientras que un servicio exprés denominado EMS que en una semana llega.

Las cartas ordinarias se depositan en las puertas, en tanto que las certificadas son atadas a un numero de tracking y quien recibe debe presentar la cedula de identidad para detectar coincidencia con los nombres y dirección, las cuales se utilizan, en mayoría de ocasiones, para envíos de apoderamientos y otros documentos legales.

Existe el servicio de colis para que el recibidor de un paquete lo busque en las instalaciones del instituto postal, mientras que paquetes de peso considerable se trasladan en valijas, detallados por renglones en el interior de un “camión blindado”, de acuerdo a lo dicho por el personal de Los Mameyes.

La dirección del Instituto Postal Dominicano tiene a su cargo a Erick Guzmán, designado por el presidente Luis Abinader en sustitución de Katiusca del Carmen Báez. Antes estuvo Adán Pegueros, suspendido ante la suscripción de supuestos contratos irregulares con una empresa de envío de paquetes. 

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