La confianza, la ética, la transparencia y un excelente manejo de la economía han caracterizado le gestión del presidente Abinader. Eso lo convierte indiscutiblemente en el único hombre capaz de concretar las grandes reformas pendientes que harán de nuestro país un mejor país. Avanzamos hacia un nuevo país en los últimos 4 años, pero faltan piezas por completar.
A pesar de tener todo el poder en sus manos, el presidente no lo usará para imponer ninguna reforma. Buscará, hasta donde sea posible, el consenso, aunque no todas las demandas serán satisfechas. Se jugará su amplio respaldo político, pero no vacilará en mejorar el bienestar de los dominicanos y al final todos se lo agradecerán.
Hablamos de las reformas más importantes desde la caída de la dictadura y del momento más oportuno para impulsarlas. Las menciones sucintamente:
1. La reforma fiscal, pelota dura, pero impostergable. 11 años han pasado desde que se aprobó la última, con un alcance limitado. Aumentar la inversión pública, reducir la deuda y el déficit y amortiguar la pobreza, solo es posible mejorando los ingresos del gobierno y la calidad del gasto.
2. El Código Laboral, que ningún gobierno ha querido enfrentar para eliminar la doble tributación, es un cáncer que destruye los negocios. La cesantía hay que sustituirla por una figura compensatoria menos onerosa (seguro de desempleo).
3. La ley de Responsabilidad Fiscal, básica y fundamental, para disciplinar el gasto, reducir la alta evasión y poner controles a los déficits y las deudas. Crea la confianza necesaria para que el dinero público sea bien administrado y el gasto constantemente monitoreado.
4. La Ley de Seguridad Social hay que aprobarla ya, con cambios importantes después de 20 años, reduciendo sus costos financieros e implementando la atención primaria contra viento y marea.
5. El monstruo de 7 cabezas. Nos referimos al sector eléctrico causante de un hoyo fiscal de US$1,500 millones anuales. Privatizar las EDES es la única solución. Entrarían más de mil millones de dólares en inversión y el subsidio se desplomaría gradualmente.
6. Desde su llegada al poder, Abinader liquidó varias instituciones: OISOE, CORDE, El CEA, entre otras. Pero eso apenas es la punta del iceberg. Hay que profundizar en la reforma del Estado porque el elefantismo gubernamental es un verdadero obstáculo para el desarrollo y la inversión.
7. Finalmente, hay otras reformas importantes en carpeta, como la Constitucional, Ley de Agua, Salud, Justicia, Transformación Digital, etc. pero duermen en una mesa de diálogo.