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DE LA OBSESIÓN POR EL PODER AL DESEQUILIBRIO MENTAL

Por: José Lois Malkun

No he logrado entender lo que pasa por la mente de un hombre que gobernó 12 años, que dejó una estela de corrupción más larga que la del cometa Harley y que quiere volver al poder a pesar del alto rechazo que tiene su candidatura. Un nivel de rechazo que haría estadísticamente imposible que alcance más del 25% de los votos.

El expresidente Leonel Fernández estuvo en primera fila cuando aceptó un debate entre los tres candidatos que prevalecen en las encuestas, lo que nunca hizo mientras fue presidente por tres periodos. Pero el presidente Luis Abinader le concedió el favor y aceptó el debate aun con una ventaja en las encuestas que supera en más de 30 puntos a todos los candidatos opositores juntos.

El expresidente Fernández pensó en el debate del 1962, entre el sacerdote Lautico García y Juan Bosch, donde querían enterrar al profesor acusándolo de comunista. Pero ese debate produjo todo lo contrario ya que Bosch aplastó al cura y logró ganar las elecciones de diciembre del 1962.

Ahora sucedió los mismo. Leonel confiaba en que, con sus encantos verbales, su labia y elocuencia, iba a destruir a su oponente, pero sucedió todo lo contrario. Cayo aplastado como Lautico. 

Pero hablamos de un candidato que no descansa en su intento de crear problemas, discordias y difundir toda clase de mentiras, para después decir que las elecciones fueron un fraude.

Ahora y a poco días antes de las elecciones, Leonel Fernández le pide a JCE que sustituya a 1,500 miembros de mesas en los colegios electorales. Lo hizo con alguna mala intención porque no debió esperar hasta el último momento para pedir algo imposible.

Viendo su entierro político a la vuelta de la esquina, también le pide al presidente Abinader un nuevo debate sin límite de tiempo. ¿Pero en que cabeza cabe que el presidente aceptaría un pedido tan absurdo a menos de 48 horas del cierre de campaña?

Definitivamente la ambición de poder puede llevar a una persona de la desesperación a la locura y eso puede convertirse en un peligro para la democracia dominicana si por el medio existe el intento de quebrar el orden jurídico y la voluntad popular de la mayoría.

El expresidente Fernández debe comprender cuándo se llega el final de la carrera, cuando no hay mas espacio para seguir corriendo y cuando hay que descansar y retirarse con dignidad.

Y como no sucederá antes del 19 de mayo próximo, esperamos que lo haga después de esa fecha. Pero que tenga cuidado de no salirse de la raya para no estropear su tranquilo descanso en su emporio de FUNGLODE, jugando baloncesto y tenis de mesa. Un emporio construido con dinero que algún día deberá ser investigado.

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